Simonet Quelle Coto, la jueza que instruye el sumario abierto por la acusación del Soma a José Ángel Fernández Villa de apropiarse de las dietas que iban destinadas a los sindicalistas que formaban parte del comité intercentros de Hunosa, da por concluida su labor. Para la titular del Juzgado nº 2 de Oviedo, de las pruebas presentadas y los testimonios recabados se deduce que el ex secretario general del Sindicato Minero, y hombre fuerte del socialismo asturiano durante décadas, pudo haber incurrido en un delito continuado de apropiación indebida. Quelle Coto señala que la cifra alcanzaría los 434.158 euros entre 1989 y 2012. A partir de ahora queda abierto el plazo la apertura de juicio oral, en el caso de que se desestimen los recursos de reposición y apelación que pudiera presentar la defensa del líder minero.
Se cierra de esta manera un sumario que se alargó de forma excesiva por la particular forma que tuvo el principal imputado de desenvolverse durante la fase de instrucción. El único fin de la estrategia de Villa fue ganar tiempo. Presentó certificados médicos que le exoneraban de declarar en el juzgado. Para salir de dudas, la jueza instructora pidió un informe forense a un neurólogo que ejerce en Galicia (una elección inteligente que demostró hasta qué punto Quelle Coto era consciente de las circunstancias que rodeaban al personaje), en el que quedó determinado que con determinadas cautelas (preguntas simples, pausas para descansar) podía someterse a un interrogatorio judicial. El testimonio del dirigente minero sobre los pagos con tarjeta de crédito, los tiques justificativos de compras y las firmas realizadas fue muy llamativo. Las tarjetas de crédito no estaban bajo su gobierno porque ignoraba la clave de acceso. Los tiques de compras estaban ordenados según criterio del contable del Soma; el hombre con más poder de Asturias se limitaba a vaciar los bolsillos y el empleado decidía qué consumos correspondían al sindicato y cuáles eran gastos privativos del jefe. En cuanto a las firmas se trataba de vulgares y chapuceras imitaciones.
Tras el testimonio, la abogada defensora pidió la comparecencia de 35 testigos, así como la realización de nuevas pruebas. La jueza calificó de “impertinentes, inútiles, dilatorias e intranscendentes” las nuevas demandas, y el sumario llega al final. Todo parece indicar que dentro de unos meses se celebrará el juicio oral ¿Veremos algo más que tarjetas, tiques y firmas?