El 39º Congreso Federal del PSOE terminó con Pedro Sánchez en olor de multitud. Rodeado de miles de militantes, el secretario general espigó un discurso triunfal, como si no hubiese sido ya dos veces derrotado estrepitosamente en las urnas. El pasado no cuenta para el líder, salvo la reciente y contundente victoria en las elecciones primarias que dio paso a un congreso conducido por el rodillo de la mayoría. No solo la Comisión Ejecutiva es un órgano de ‘sanchistas’, que al fin y al cabo es un órgano de gobierno, así que no puede extrañar la homogeneidad del mismo, sino que el Comité Federal, un órgano que tiene un fuerte componente deliberante, fue copado por los seguidores del líder. Los cinco asturianos que fueron elegidos para integrarlo forman parte de la cuerda del ‘sanchismo’.
Fernando Lastra recordó, como portavoz de la minoría de la delegación asturiana, que en las primarias los afines a Javier Fernández alcanzaron el 40% de los votos en Asturias, sin que haya nadie de ese sector en el Comité Federal. Adrián Barbón, el hombre que suena para encabezar la candidatura ‘sanchista’ a la Secretaría General de la FSA, señaló que el Comité Federal se pactó con el PSOE andaluz. Su fama de hombre inteligente no sale muy bien parada con esa declaración, ya que Barbón sabe perfectamente que en todos los congresos el secretario general negociaba con todas las federaciones, una por una, la representación en el Comité Federal. El alcalde Laviana da a entender que la delegación andaluza, con Susana Díaz a la cabeza, negoció por Asturias. Este tipo de argumentos son tan absurdos que se vuelven contra el que los formula. En consonancia con el populismo de los nuevos tiempos, Barbón manifestó que «no hay aparato que pueda con el poder de la militancia». Bien, en cuanto al nuevo Comité Federal, lo que quedó de manifiesto es el poder del aparato de Pedro Sánchez, no el de la militancia, porque como recordó Lastra los afiliados no votaron de una manera monolítica en Asturias.
Dejando a un lado las frases para la galería, lo cierto es que Pedro Sánchez siente escalofríos cuando oye hablar del Comité Federal. Huye del agua fría, como hacen los gatos escaldados. El pasado Comité forzó su dimisión y ahora optó por sustituir un órgano basado en la representación de la pluralidad de los territorios por una guardia pretoriana. Un nuevo PSOE, distinto al que emergió tras la muerte de Franco, da sus nuevos pasos. El 39º Congreso del PSOE respondió a los vaticinios.