Llegado el momento de poner las credenciales encima de la mesa, Adrián Barbón presentó 3.215 avales y José María Pérez, 2.000. No es un dato definitivo que permita anticipar el resultado de las elecciones primarias, que se celebrarán a mediados de septiembre, pero tiene un valor indicativo. Lograr más de un 50% de apoyos que los obtenidos por su rival sirve para ratificar la etiqueta de favorito con que Adrián Barbón inició la batalla de las primarias. Si se toma como referencia los avales obtenidos en Asturias por Pedro Sánchez, también resulta positiva la comparación para Adrián Barbón, al sacar 115 más. Un dato que los “sanchistas” explican por la gente que se sigue sumando al proyecto. Los colaboradores de José María Pérez ven esperanzados los avales registrados, ya que, según ellos, partieron de cero.

Cuando competían Susana Díaz y Pedro Sánchez  el aparato del partido (comisión gestora) trabajaba a favor de Susana Díaz, por eso logró 6.000 avales más en el conjunto de España. Sin embargo, en Asturias, pese a contar con el apoyo de la comisión gestora y de la dirección de la FSA, Sánchez ganó de largo a Díaz. En esta ocasión la ayuda de los aparatos está repartida, porque la dirección federal, con Sánchez, Adriana Lastra y compañía, respaldan a Adrián Barbón, mientras que la FSA, con su secretario general, y el grupo parlamentario ayudan a José María Pérez.

Desde el inicio de la campaña, José María Pérez se muestra activo con visitas a las distintas agrupaciones, empezando por Laviana, plaza fuerte “sanchista”, que tiene como alcalde a Adrián Barbón. Su rival parece cómodo arropado por una imagen coral. El pasado sábado lo decía en EL COMERCIO, firmando un artículo de opinión que empezaba advirtiendo que presenta su candidatura porque antes se habían reunido muchos militantes, lo habían debatido y decidido. Una imagen grupal que cultivó Pedro Sánchez y está calcada de la iconografía de Podemos, con Pablo Iglesias avanzando por los pasillos del Congreso de Diputados rodeado de su guardia de corps. Curiosamente, esa imagen coral no es óbice para que Iglesias tome personalmente decisiones de gran calado. Estoy seguro que Barbón no va a imitarlo porque no está en condiciones de hacerlo. El test de los avales fija el papel que va a jugar cada candidato. Adrián Barbón no se moverá un ápice del guion previsto; es el favorito y desarrollará una estrategia conservadora. José María Pérez tiene que arriesgar aunque no sea de su agrado.