La exposición de Javier Fernández sobre la actual situación de la región siguió los cauces previstos al acogerse al discurso de la reactivación económica para presentar un balance positivo. El presidente del Principado aseguró que Asturias se había conectado a la reactivación económica. Es cierto, las cosas van mejor que hace tres o cuatro años, cuando la mayoría de las comunidades autónomas ya estaban en fase de crecimiento, mientras que por estos predios seguíamos en retroceso o estancados. Es muy fácil de entender lo que ocurre. La gran mayoría de las transacciones comerciales las hacemos dentro de España. Si en otras regiones llevan varios ejercicios aumentando la producción de bienes y servicios, tendrán, forzosamente, una mayor capacidad de compra, y Asturias podrá facturar cantidades más elevadas de las mercancías que produce y los servicios que vende. A otra escala, y de una manera estructural, es lo que le ocurre a Suiza, que es un territorio próspero no sólo por los relojes que fabrica y el dinero negro que capta, sino por tener todas las fronteras rodeadas de territorios ricos. Tocando sus fronteras, o a muy pocos kilómetros de ellas, están Munich, Stuttgart, Augsburgo, Friburgo, Lyon, Milán, Turín e Innsbruck. Así, cualquiera.
No basta con constatar que estamos conectados a la recuperación, sino que interesa ver qué lugar ocupa el crecimiento asturiano en el conjunto de las comunidades autónomas. Seguimos a la cola, sin que en el Parlamento se haga un diagnóstico que explique nuestra debilidad relativa. Javier Fernández propuso acuerdos a la oposición para consolidar el crecimiento y citó el proyecto de presupuestos, así como la reordenación del área central, la gestión de los residuos y el plan demográfico. Tiene todo el derecho del mundo a proponer los pactos que considere convenientes, aunque también se podría ampliar el temario con los servicios públicos, que deben ser mucho más eficientes (digo eficientes y no eficaces, aunque quizás también tengan que avanzar en eficacia).
La intervención del presidente estaba dirigida al acuerdo presupuestario, por eso ofertó la creación de una red pública de enseñanza para niños de cero a tres años. Si esa primera etapa de educación infantil se igual al resto de etapas educativas, estamos ante el anuncio del año del presidente del Principado. Si es un apaño poniendo el gasto en manos de los ayuntamientos, entonces ya es otra cosa. La oposición tiene la palabra.