Javier Fernández y Alberto Núñez Feijóo se reunieron en Ribadeo, unidos por la problemática territorial y la moderación. Ninguno de los dos rompió nunca un plato. Desde esa conducta compartida es fácil tener coincidencias políticas. A estas alturas de la vida, poner como objeción que uno es del PSOE y el otro del PP no pasa de ser una broma. Si uno repasa las medidas tomadas por uno y otro es imposible saber cuál de los dos es más conservador y cuál es más socialista. Son dos personas realistas, que es una buena razón para no arriesgar en política.
Tema de actualidad, la financiación autonómica. Se habla mucho de ella, pero ni siquiera está previsto el inicio de la negociación del nuevo modelo. Rajoy dejó pasar los cuatro años de mayoría absoluta sin convocar a las regiones y ahora, con un panorama político tan encrespado, tiene razones para la pereza. Feijóo y Fernández tiene una posición muy clara sobre la cuestión, al desear una financiación justa y equitativa que garantice recursos suficientes para costear los servicios públicos. No conozco ningún dirigente político y ningún partido que discrepe de esa tesis. Todo el mundo quiere tener también una sanidad bien dotada, capaz de atender a los pacientes sin demoras, una red educativa extensa que garantice una atención personalizada cerca de los domicilios, etc. A los gobernantes no se les paga por formular bellos deseos, sino por enseñar el camino para lograrlo. Como el dinero es finito, Fernández y Feijóo deben decir a costa de quién van a lograr más financiación. En la cuestión de la financiación territorial estamos en el dilema de la manta, si se tira por un lado se descubre otro.
Les gusta a ambos la reforma de la Constitución, aunque es más partidario de ella el asturiano que el gallego. Tengo debilidad por esa materia. ¿Para qué reformar la Constitución? ¿Para adornar el Estado con la etiqueta “federal”? ¿Para blindar derechos sociales? Los dos presidentes saben que el modelo federal no aporta ninguna virtud que no tenga el modelo autonómico; en cuanto a los derechos sociales, no tienen otro blindaje que el crecimiento económico. Desde hace 39 años, está constitucionalizado el derecho al empleo y a una vivienda digna, y somos el ejemplo de país con paro elevado y con una problemática de desahucios sin resolver.
Dicho lo anterior, resulta evidente que coincidieron en “aves”, autovías y puertos. Es fácil señalar tareas si le toca pagarlas al Estado. La armonía del Noroeste.