Mercedes Fernández optó porque el Principado no tenga presupuestos en 2018. Hasta el otro día estuvo ofreciendo el acuerdo a Javier Fernández a cambio de introducir una pequeña modificación fiscal. Lo mismo hizo en 2015 y 2017, dos mínimas variaciones tributarias y apoyo incondicional al Gobierno socialista,  hasta el punto de asumir todas las partidas de gasto del PSOE. Y luego se queja de que los socialistas son unos manirrotos. Sin el PP, aunque Podemos, Foro y Ciudadanos unan sus escaños para tumbar el presupuesto, quedarán en minoría ante el tándem PSOE-IU. Rajoy tiene una deuda impagable con Javier Fernández ya que le debe la Presidencia del Gobierno. La actuación de Cherines se escapa a la lógica política; bastaría una llamada del presidente del Principado a la Moncloa para que el PP se convirtiera en firme socio presupuestario de Javier Fernández, pero esa llamada es obvio que no se ha producido, ya que el presidente asturiano sólo quiere aprobar las cuentas con el apoyo de IU y Podemos. En una maniobra insólita rechazó el apoyo del PP y Ciudadanos y acepta los votos de Podemos sólo si asume el proyecto registrado por Dolores Carcedo. Tolera firmar textos de acompañamiento al presupuesto, pero las partidas no se tocan. Realmente inaudito. Lo tomas o lo dejas, al Gobierno socialista le vale tanto el acuerdo tripartito de izquierdas como la prórroga. Mercedes Fernández puede hacer electoralismo barato con la enmienda a la totalidad que otras veces en circunstancias similares no presentó.

IU aceptó aprobar los presupuesto sin cambiar un número, porque Gaspar Llamazares tiene muchas horas de vuelo y sabe que verdadero problema para su fuerza política, muy enraizada en Asturias, es la OPA de Podemos. Para mantenerse como fuerza autónoma, lo más adecuado es tener una estrategia propia que contraste con la política de Podemos.

Y Podemos siente vértigo. Saben mucho de agitación social, pero carecen de experiencia institucional. Sólo a un novato se le ocurre dar muestras públicas de flaqueza presentado una enmienda a la totalidad condicionada. Para una vez que han logrado hacer bandera de un tema que interesa a la mayoría de la sociedad (etapa cero a tres) les da miedo quedar enfrentados a PSOE e IU y piden dos millones de euros más para dar el sí al proyecto del PSOE, que es un calco del pactado con PP el pasado año. El PSOE pisa el acelerador y en Podemos hay quien piensa que la enmienda a la totalidad es un gesto excesivo, propio de extremistas.