Javier Fernández vuelve a la carga sobre la línea política e ideológica marcada por Pedro Sánchez. El presidente del Principado celebra que el discurso de la plurinacionalidad cotice a la baja en el PSOE. El dirigente asturiano previene sobre la práctica de hacer concesiones semánticas a los grupos nacionalistas y denuesta de expresiones como el ‘Estado plurinacional’.
Hace un año, los ‘sanchistas’ estaban muy interesados en tener una relación especial con los nacionalistas. Como señuelo ofrecían un cambio en la definición del país, como Estado federal. Una etiqueta que no transmitía ninguna emoción a los nacionalistas catalanes porque ya habían girado del autonomismo al independentismo. Pedro Sánchez les hacía guiños dándoles a entender que la reforma de la Constitución permitiría revisar el título octavo de la Constitución, ‘De la organización territorial del Estado’. Poco después se celebró el interesante debate de las primarias entre Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López; este último le preguntó a Sánchez si sabía lo que era una nación, y el actual secretario general dogmatizó, «es un sentimiento que tiene muchísima ciudadanía (Cataluña, País Vasco) por razones culturales, históricas y lingüísticas». Yo seguía el debate y ante una definición tan absolutamente subjetiva me acordé de Gustavo Bueno, que le hubiera dicho algo así como «oiga, y si se sienten caballos, ¿usted aceptaría que los catalanes son una manada de caballos?». A la vuelta del verano, la ruptura de los independentistas con la legalidad española puso fin al sueño de Pedro Sánchez de formar una alianza entre izquierdas e independentistas para dejar en minoría a Rajoy. En las elecciones del 21 de diciembre, el batacazo de Iceta en las urnas acabó con los devaneos de los ‘sanchistas’ con los nacionalistas. Recordemos que hace tan solo unos pocos meses la Comisión Ejecutiva socialista debatió sobre el número de naciones que palpitaban en el vientre de España. Asturias, con más historia que todas ellas juntas (nuestro siglo de oro fue el siglo IX, una época en que los vascos adoraban el fuego) no estaba en el grupo de pretendientes. Ya lo dijo el juriconsulto Sánchez, la clave está en «el sentimiento de muchísima ciudadanía».
Alguna consecuencia buena tuvo el famoso ‘procés’. Prefiero cualquier barbaridad (impuesto a la banca para pagar pensiones) a ver al único partido que lleva el gentilicio de España en su nombre pariendo naciones.