Tras la reunión con los presidentes de Galicia, Aragón y Castilla y León, Javier Fernández anunció que no asistirá este año al homenaje a Manuel Llaneza. El presidente del Principado justificó su decisión diciendo que «no voy a los lugares en los que no se me estime o aprecie». La pasada semana se supo que exdirigentes del PSOE y afiliados al SOMA se habían intercambiado mensajes telefónicos fuertemente críticos con la concesión a Javier Fernández del premio Mierenses en el Mundo.
El incidente o anécdota refleja la división del socialismo asturiano. Hay una corriente mayoría que ganó sobradamente el último congreso de la FSA y está representada en la comisión ejecutiva de la federación regional, pero la herida entre ‘sanchistas’ y críticos (antes oficialistas o ‘javieristas’) no está cerrada. Hasta después de las próximas elecciones autonómicas se va a mantener el pulso. Hay una razón objetiva para que así sea: queda por dirimir la disputa de las primarias para ver quién será el dirigente que encabece la candidatura autonómica. Los ‘sanchistas’ necesitan ganar esa batalla para consolidar el avance logrado en el congreso de la FSA. Si perdieran todo el andamiaje se les vendría abajo.
Para los críticos es la última bala. Aunque de forma soterrada, la pelea se prolongará hasta la noche de las elecciones autonómicas, ya que el resultado de las urnas tendrá una gran importancia para consolidar o socavar el poder de los nuevos dirigentes.
Nunca tuvo menos representación el PSOE en los ayuntamientos de las cuencas mineras que en este mandato. Y nunca IU tuvo tanto. En la cuenca del Caudal no hay ningún alcalde socialista. En Mieres, Aníbal Vázquez (IU) goza de su segundo mandato con mayoría absoluta.
Para los socialistas, Mieres era el territorio de Jesús Gutiérrez, lugarteniente de Javier Fernández. A la decadencia del PSOE en Mieres no es ajeno Jesús Gutiérrez, número dos de la FSA durante muchos años, y presidente la comisión gestora de la agrupación de Mieres hasta que ganaron los ‘sanchistas’ el congreso de la FSA. Para los afiliados al PSOE el tándem en el poder del partido estaba constituido por Javier Fernández y Jesús Gutiérrez. Así es difícil ser profeta en la propia tierra.