El escándalo del ficticio máster de Cristina Cifuentes entra en la fase decisiva, con los partidos proponiendo soluciones concretas. Ciudadanos tiene cogida la sartén por el mango, ya que en su mano está convertir en ganadora cualquiera de las alternativas. Puede reafirmar a Cifuentes, presionar para cambiarla por otro diputado del PP, o convertir en presidente de la comunidad autónoma a Ángel Gabilondo, tal como pretende la izquierda (PSOE y Podemos) con la moción de censura presentada. El PP no tiene margen de maniobra. No han previsto nada, y están perplejos ante las exigencias de Ciudadanos y la moción de la izquierda. Desde el Parlamento madrileño rechazaron la comisión de investigación sobre el máster que pedía Ciudadanos, y ahora todo el partido, desde Rajoy hasta el último militante, no saben qué hacer ante la petición de Rivera de retirar a Cifuentes y relevarla por otro diputado del grupo parlamentario. Por su parte, Pedro Sánchez exige a Ciudadanos que apoye a Gabilondo, como candidato creíble, ajeno a las falsedades del PP de la capital. En definitiva, la decisión está en el tejado del partido de Albert Rivera.
Todas las alternativas comportan costes para Ciudadanos, no hay solución indolora. Si optase por sostener a Cifuentes, el golpe en la imagen del partido sería tremendo. El perfil de partido que viene a barrer la corrupción y proponer reformas se vendría abajo. A estas alturas, la comisión de investigación no sería una propuesta creíble para acallar el escándalo. Ya se sabe cómo acaban las comisiones de investigación; sólo serviría para aplazar la decisión sobre Cifuentes unos meses, cuando el asunto se haya enfriado, que es lo que le interesa al PP. Apoyar a Gabilondo supone un alineamiento con la izquierda, algo que le vendría muy mal a Ciudadanos tras la reubicación como partido aliado de la derecha. Relevar a Cifuentes por otro diputado del PP supone tensar la cuerda con ese partido y la izquierda, a la vez. Ni el PP ni el PSOE ni Podemos le respaldarían. Entre el 13 de abril y el 7 de mayo tendrá lugar el pleno parlamentario de la moción de censura, y quizás para entonces la negociación con el PP no haya finalizado, y tengan que elegir entre Gabilondo o dar una prórroga a Cifuentes.
Rivera tendrá que optar por la estrategia del mal menor y apoyar cualquier solución que pase por desalojar a Cifuentes de la poltrona. Rajoy, tan poco dado a dar pasos en el vacío, no se arriesgará a perder otra comunidad autónoma.