Dolores Carcedo manifestó que el Principado está confeccionando una segunda ley de crédito extraordinario. A los pocos días de aprobarse el primer crédito de 111 millones de euros, ya se cocina el segundo. No se conoce el importe, pero irá íntegramente destinado a recoger los incrementos de sueldo de los funcionarios que vienen señalados en los Presupuestos Generales del Estado. En esta materia a las comunidades autónomas les corresponde aplicar lo que está marcado en el proyecto de cuentas del Estado. En el primer semestre del año el aumento del sueldo será del 1,5% y en el segundo semestre, del 1,75%. Cuando se está a un año de las elecciones autonómicas y municipales resulta temerario congelar los sueldos públicos. En materia salarial no conozco un colectivo que no se sienta agraviado. Todos creen estar más o menos maltratados. La crisis económica recayó sobre los trabajadores, aunque perjudicó más a unos que a otros. Entre 2008 y 2015 la masa salarial del sector privado sufrió un recorte del 15,5% (de 281.000 millones a 237.000), mientras que la del sector público disminuyó en el 0,5% (85.883 millones a 85.445). Toca recuperarse.
Las buenas noticias para los funcionarios van más allá de los incrementos salariales. Genaro Alonso, consejero de Educación, propone que en el próximo curso los profesores gocen de las ventajas europeas: cada siete semanas de trabajo, una de descanso. Con motivo del puente de todos los Santos las escuelas estarán vacías una semana. Hay que reconocer que pasarse septiembre y octubre dando clase genera un elevado estrés, así que siete días en blanco es una medida acertada, porque luego hasta las Navidades sólo habrá el puente de la Constitución, que en esta ocasión quedará reducido a un breve paréntesis de jueves a domingo, que no sirve para desconectar.
Hay aspiraciones de los empleados públicos que no se podrán alcanzar en 2018. Me refiero a la semana de 35 horas laborales que Rajoy clausuró nada más llegar al poder. Algunas comunidades autónomas volverán a disfrutar de esa conquista social, pero Asturias quedará excluida porque no cumplió con la regla de gasto, aunque aprobamos en el control de déficit y deuda. Qué absurdo es todo. La semana de 35 horas, como la semana vacacional de otoño y otras conquistas sindicales, nos acerca a la sociedad del ocio. No tiene nada que ver con el nivel de gasto. La cuestión es otra. ¿Tenemos una productividad tan elevada como para permitirnos tanto recreo?