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Juan Neira

LARGO DE CAFE

DE LA CENSURA A LA TRAMPA

De cuatro décadas de democracia, dos mociones de censura quedarán en la memoria colectiva: el fallido intento de Felipe González de desplazar a Adolfo Suárez y el éxito de Pedro Sánchez derribando a Rajoy. Los dos se guiaron por los mismos cánones.

A saber: el motivo de la censura se explicita y está en consonancia con la gravedad del cambio que se quiere propiciar (en 1980 el motivo de la censura era la división en UCD, la escalada terrorista y el ruido de sables; en 2018 fue la corrupción del ‘caso Gürtel’); la censura se plantea cuando falta mucho tiempo para las siguientes elecciones (en 1980 solo se llevaba un año de legislatura, y la censura de Rajoy se produce antes de llegar al ecuador del mandato); la censura la promueve el partido que lidera la oposición (PSOE); por último, la moción se anuncia con el nombre del próximo presidente, el protagonista de la censura es desde el primer momento el líder del partido mayoritario.

En el Ayuntamiento de Gijón se trata ahora de hacer un simulacro de moción de censura, degradando a la institución municipal y hurtando la decisión al personal que será convocado a las urnas dentro de once meses. Se parte de unas premisas que están en las antípodas de las manejadas por Felipe González y Pedro Sánchez para llevar adelante sus objetivos. Veamos.

Martín

La iniciativa nace del portavoz de IU, Aurelio Martín, que lidera un grupo de dos concejales: él y Castaño. El motivo de la censura es la brecha abierta por Pedro Sánchez con su iniciativa parlamentaria que sirvió para poner fin al mandato del PP. El Ayuntamiento de Gijón sería una mera réplica del seísmo vivido en el Congreso de los Diputados, aunque en Gijón no haya corrupción ni gangrena.

Aurelio Martin llama a imitar la hazaña de Sánchez y advierte de que «sería un grave error (dejar) que nuestra ciudad siga agonizando».

A partir de ahora agonía significa reducir el paro en 10.000 trabajadores en los últimos cinco años, aumentar la afiliación a la Seguridad Social un 4%, entre 2011 y 2017, mientras en Asturias se reducía un 3%, o aumentar el gasto en servicios sociales un 80%.

La censura en Gijón se lleva a cabo para que el nuevo alcalde y su equipo gobiernen durante nueve meses. La única gestión que podrán llevar a cabo será preparar la campaña electoral. Lo que más necesita el pueblo de Gijón.

Por último, la figura del nuevo alcalde es un misterio. Nadie suelta prenda. La izquierda gijonesa toma prestada la figura del ‘tapado’ de la política mexicana.

En definitiva, la moción se anuncia cuando está a punto de convocarse los electores a las urnas, la presenta un grupo que juega un papel marginal en el Ayuntamiento, sin otro argumento que subirse la ola generada por Pedro Sánchez y con un ‘tapado’ como alcalde.

¿Qué hay detrás de todo esto? Pues algo que tiene mucho que ver con el poder y nada con Gijón.

La moción se gesta el fin de semana pasado, con Aurelio Martín de cumpleaños por Madrid, al día siguiente de que Alberto Garzón y Pablo Iglesias, junto a Equo, sellaran el acuerdo para concurrir en una única lista a las elecciones autonómicas y municipales de 2019.

Para Gaspar Llamazares es una pésima noticia ya que lidera al sector de IU que quiere concurrir por su cuenta a las elecciones. Para el próximo día 22 hay convocado un referéndum en Asturias donde los afiliados de IU votarán sobre ir solos o no a las urnas. Una decisión de transcendentales consecuencias para el futuro de la organización asturiana. Con estas piezas se monta la censura en Gijón. Comprobémoslo.

El plan

Gaspar Llamazares y Aurelio Martín forman tándem en la dirección regional de IU, desde los años ochenta del siglo pasado. Siempre lideraron al sector de IU más propicio a pactar con el PSOE. Su apuesta estratégica es la contraria de Podemos que trata de ser alternativa al PSOE, a cualquier precio. Llamazares y Martín buscan mejorar el PSOE, complementarlo, no sustituirlo.

A partir de ahí, Martín redacta la carta a José María Pérez, ‘Josechu’, que publica EL COMERCIO, el pasado martes 5 de junio.

Un plan astuto. Aurelio Martín propone una moción de censura a PSOE y Xixón Sí Puede (marca de Podemos). Al empezar el mandato, XSP rechazó la posibilidad de hacer alcalde a José María Pérez porque recelaba de su gestión en el consejo de administración de El Musel.

Si XSP vuelve a vetar a ‘Josechu’, Llamazares tendrá el discurso servido: cómo vamos a ir a unas elecciones con un partido que no está por la unidad de las izquierdas. Con ese argumento ganará el referéndum del día 22 y podrá concurrir con IU como candidatura autónoma.

Si XSP se pliega a los deseos de IU estará firmando una enmienda a la totalidad de lo que ha sido su apuesta estratégica a lo largo del mandato.

La gente con más cabeza en XSP es consciente de que Aurelio Martín les ha tendido una trampa, pero de los círculos de Podemos sale cualquier cosa. En ningún sitio está escrito que los activistas sociales hagan lecturas políticas correctas.

Si a once meses de las elecciones, la moción de censura triunfa y el tapado socialista se hace con la Alcaldía, XSP habrá hecho el peor negocio de su corta vida: en las urnas se dejará la mitad de las concejalías.

Toda esta retorcida estrategia política de censura-trampa se compadece mal con los intereses generales de Gijón y su Ayuntamiento.

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por JUAN NEIRA

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