La expresión de Mierenses en el mundo llama al equívoco. Cuando se hace referencia al mundo desde una ciudad de 40.000 habitantes parece que se alude a las personas que están lejos del lugar, probablemente en el extranjero, y desde luego fuera de la región de origen. Cuando se lee el sintagma, mierenses en el mundo, vienen a la cabeza programas televisivos de éxito en los que procedentes de cualquier sitio de España nos cuentan sus cuitas en Alaska, Estambul o Brisbane. Una impresión equivocada, porque el galardón de Mierenses en el Mundo alude simplemente a paisanos que son famosos, aunque hayan vivido siempre a cuarenta kilómetros del lugar de donde nacieron.
Desde esa óptica, Javier Fernández es un mierense en el mundo que merece galardón, ya que no hubo antes otro que fuera presidente del Principado. En su especialidad, la política, alcanzó un nivel relevante y bien merece ser condecorado por sus paisanos.
El premio hubiera pasado desapercibido si no se hubiera organizado una polémica absurda porque algún socialista travieso filtró oportunamente el contenido de un chat en el que distintas personas hacían valoraciones sobre el presidente del Principado. Eran opiniones particulares, realizadas en un marco de gran libertad, como corresponde a un grupo de amigos, que no estaban destinadas a verse reflejadas en los medios. Inmediatamente, los ‘javieristas’ se rasgaron las vestiduras haciéndose los ofendidos, como si ellos no utilizaran expresiones semejantes para referirse a sus adversarios políticos cuando hablan en la intimidad.
En realidad, me estoy refiriendo a una tormenta en un vaso de agua, que tuvo cierta transcendencia porque todavía
Los ‘javieristas’ se rasgaron las vestiduras cuando algún socialista travieso filtró los mensajes de un chat no se habían celebrado las elecciones primarias y los ‘javieristas’ soñaban con poder dar la vuelta al resultado del último congreso, en el que salió elegido secretario general, Adrián Barbón. El incidente sucedió hace tres o cuatro meses, pero cómo cambió todo.
En el acto, Javier Fernández habló del pasado y el futuro de Mieres, dejando una puerta abierta a la esperanza, como se suele hacer en estos actos. Le acompañaban tres consejeros del Gobierno (Guillemro Martínez, Isaac Pola, Genaro Alonso), cuatro diputados y algunos alcaldes (Mariví Monteserín), junto a Areces, Trevín, Paz Fernández Felgueroso, Antonio Masip, Eduardo Donaire y José María Pérez. Ningún miembro de la FSA ni del SOMA. La filtración del chat tuvo reflejo en el acto. ¡Ah! Se me olvidaba, también acudió Jesús Gutiérrez al homenaje.