El triunfo de Santamaría sería para ella la peor manera de dejar la política, viendo a su enemiga íntima convertida en sucesora de Rajoy, el objetivo que acarició para sí durante todos estos años al frente de la secretaría general del partido. Santamaría se hizo fuerte en el Gobierno, creando un grupo de ministros fieles a ella (Montoro, De la Serna, Báñez), siendo el poder del partido su punto débil, un bastión a donde no llegaba su influencia. Después de las primarias, en las que votó más del 80% de los afiliados reales que tienen el PP, el reparto de fuerzas entre las dos baronesas experimentó un cambio radical, con Santamaría ganadora en las urnas y Cospedal quedando eliminada de la competición. Al dar el apoyo a Casado trata de influir la exsecretaria general en los más de 3.000 compromisarios que acudirán al congreso. Una estocada muy precisa antes de dar un paso al lado.

Los compromisarios asturianos del PP mantienen contactos entre ellos para acudir con una idea clara al congreso. Mercedes Fernández ya se ha reunido con los que militan en Gijón y Avilés. Imagino que también lo hará con los que procedan de otras organizaciones locales. El objetivo es defender los intereses de Asturias concentrando el voto en un candidato. Algo parecido pidió Núñez Feijóo a los afiliados gallegos, antes de las primarias, cuando dijo que Galicia tenía que votar a un solo candidato ¿Qué harán los compromisarios asturianos? Si nos atenemos a las declaraciones realizadas por Mercedes Fernández la pasada semana, el sentido del voto se orientaría hacia Santamaría, pero no estoy seguro de que ‘Cherines’ no esté poniendo una vela a Dios y otra al diablo, con un discurso hacia la opinión pública favorable a Santamaría y un mensaje reservado a los compromisarios, en los que Casado sería el candidato preferido.