EL AVISO DE ‘CHERINES’
Pablo Casado es el protagonista del momento. Tras mes y medio de desayunar, comer y cenar con Pedro Sánchez, el foco mediático alumbra al nuevo presidente del PP. La izquierda encuentra en sus declaraciones a favor de la familia y la unidad de España la prueba que necesitaba para convertirlo en líder de la extrema derecha. Pablo Echenique ha lamentado que en nuestro país haya tres partidos de ultraderecha: PP, Ciudadanos y Vox. Una lumbrera como él no ha reparado en que con tanta etiqueta ultra, España se ha quedado sin partidos de derechas. De sus palabras se deduce que en todo el país no hay grupos conservadores, liberales, reformistas o democristianos, sino peligrosos extremistas anticonstitucionales. A partir de ahora las formaciones políticas españolas se clasifican en dos: partidos de izquierda y partidos de extrema derecha. Deduzco que si un día el PP o Ciudadanos llegan a gobernar será porque la mayoría de españoles se han convertido en ultras. Es una pena que el nuevo presidente del PP no sea tan demócrata, tolerante, moderado y juicioso como son los integrantes de la cúpula de Podemos, incluyendo a Echenique.
Bajo la consigna de la integración, Pablo Casado va a negociar con Sáenz de Santamaría la inclusión de algunos de sus colaboradores en la dirección del PP. La división del partido observada en la campaña de las primarias y en el congreso sólo se puede superar incluyendo a los perdedores en puestos de responsabilidad del nuevo organigrama del PP. Ahora bien, lo que no va a hacer Casado es diluir la victoria para que todos estén cómodos. El poder estará en manos de Casado y los ‘casadistas’ que tendrán que tomar pronto decisiones importantes, como es la composición de las listas electorales.
A este respecto Mercedes Fernández hizo unas declaraciones muy enjundiosas, al asegurar que en Asturias habrá una fuerte renovación en la candidatura autonómica y en las listas municipales. Según ‘Cherines’ hay personas que no pueden liderar las candidaturas. Por si no se había entendido, añadió que todo el mundo debe ser generoso y renunciar a hacer de la política un refugio personal. Lamentó que haya cargos públicos que carezcan de trabajo fuera de la política y se puso como ejemplo de militar por convicciones. A su discurso sólo le faltó poner el nombre de Iglesias Caunedo. Ahora bien, las mismas reflexiones pueden aplicarse a ella, que eligió para las primarias a Cospedal y para el congreso a Santamaría. Y resulta que ganó Casado.