Pablo Casado ya ha tomado las primeras decisiones. El jueves se reunirá el Comité Ejecutivo del PP en Barcelona, presidido por él, dando a entender que participará activamente en la recuperación del espacio público catalán para las fuerzas constitucionalistas. En lo que respecta a la agenda parlamentaria va a rechazar la elevación del techo de gasto, tal como pretende el Gobierno socialista para incrementar en 2.400 millones de euros el dinero que se entrega a las comunidades autónomas; Pablo Casado asegura que es prioritario disminuir el nivel de endeudamiento; considera que el gasto ya se infló en los presupuestos de 2018.
Sobre asuntos políticos y organizativos del partido va dar pasos en la línea anunciada reuniéndose mañana con Soraya Sáenz de Santamaría para ultimar la integración de las distintas corrientes de opinión en la dirección del PP. El sábado se desplazará a Andalucía para dar su respaldo a Juan Manuel Moreno, cabeza visible de los ‘sorayistas’ en esa comunidad autónoma y líder regional.
A escala asturiana, Mercedes Fernández convocó para hoy al Comité Regional del PP con la idea de realizar una reorganización interna de los cargos en el partido. No sé si resulta obligado acometer una tarea de ese tipo en este momento, pero en caso de hacerlo debería ser para dar entrada o afianzar las posiciones de los ‘casadistas’. Tras la victoria inapelable en el congreso de Pablo Casado, cualquier otra medida sería disparatada. A la presidenta regional no le queda otro remedio que acomodar su equipo de dirección a la sensibilidad mayoritaria en el partido, porque en caso contrario habría que pensar que opta por enrocarse y resistir desde Asturias ante los vientos de cambio. Tendría gracia que Casado, ganando de calle el congreso, incluyera a miembros de los equipos de Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal en la dirección nacional del PP, mientras que ‘Cherines’, habiendo apostado y perdido en el congreso, acometiera una remodelación del partido, a escala regional, que no tuviera en cuenta a los ‘casadistas’.
Las direcciones regionales de los partidos tendrán su prueba de fuego en las elecciones autonómicas de mayo de 2019. En un tiempo tan escaso se pueden hacer pocas cosas. Los candidatos autonómicos tienen el deber de formar tándem con Casado, aunque solo sea por razones de imagen. Perder el congreso y olvidarse de quién lo ganó es la vía más rápida para fracasar en las urnas e integrarse en el ejército de reservistas.