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Juan Neira

LARGO DE CAFE

EL CARBÓN, FUERA DEL CONSENSO

Primera reunión de Javier Fernández con Pedro Sánchez de presidente. De todos es sabido que la relación entre ambos dirigentes ha sido conflictiva, al haber discrepado abiertamente en cuestiones que afectan al posicionamiento del PSOE y la estrategia que debía seguir en las instituciones. En esta ocasión no se abordó ninguna cuestión ideológica o estratégica, sino cuatro asuntos que preocupan a los asturianos: demografía, infraestructuras, descarbonización y financiación autonómica.

No pueden ponerse las cuatro cuestiones en pie de igualdad, porque algunas no se ejecutarán en esta breve legislatura (demografía, financiación autonómica), mientras que en otras (infraestructuras, descarbonización) se tomarán medidas determinantes en los próximos meses.

Pedro Sánchez estuvo muy receptivo ante la demanda de poner en marcha la política demográfica acordada con el Gobierno de Mariano Rajoy. Para Javier Fernández se trata de uno de los dos temas que quiere dejar atado antes de que finalice la legislatura (el otro es la aprobación del área metropolitana). Por muy buena voluntad que tengan ambos, el declive demográfico es un problema de largo plazo que necesita un seguimiento de varios años para ser encauzado; un periodo suficientemente amplio como para ir más allá de la fecha de caducidad de los mandatos de los dos presidentes. La buena acogida de Sánchez, en esta cuestión, no va más allá de las buenas palabras.

Ave y cercanías

Lo más positivo de la reunión fue el compromiso de Pedro Sánchez de mantener el calendario para la ejecución de infraestructuras aprobado por el Gobierno de Rajoy. En particular, en lo tocante al AVE de Madrid a Gijón que deberá llegar a Asturias dentro de dos años, y el compromiso de invertir 580 millones en la red de trenes de cercanías que está en un estado absolutamente lamentable, peligroso y denigrante.

Cumplir con el calendario ferroviario implica actuar con celeridad para ejecutar las partidas que están incluidas en el presupuesto de 2018, aprobado a finales del pasado mes de mayo. La respuesta dada por Pedro Sánchez a Javier Fernández condiciona la gestión de José Luis Ábalos en el Ministerio de Fomento. El presidente le ha dado garantías al máximo representante de los asturianos que no se descarta ni ralentiza ninguna de las actuaciones aprobadas por el exministro, Íñigo de la Serna, lo que es una excelente noticia.

Sobre la financiación autonómica, Javier Fernández expresó la posición del Principado de garantizar un trato igualitario a todos los ciudadanos españoles para que gocen del mismo nivel de servicios públicos con independencia del lugar en el que residan. Los niveles de riqueza de los territorios no deben influir en la calidad de las prestaciones sociales. Pedro Sánchez, por su parte, se mostró escéptico sobre la posibilidad de aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica que aborde esta problemática.

Aunque es necesario dotarse de otro sistema de financiación territorial, es prácticamente imposible hacerlo en lo que queda de legislatura. El actual modelo se negoció en un contexto mucho más favorable y llevó dos años y medio aprobarlo. En la actualidad, Cataluña no asiste a las reuniones del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Negociar el reparto de los recursos y de las cargas sin que se siente a la mesa el 18% del PIB español es una quimera. Yo me conformaría con que el Gobierno, por la vía de los acuerdos bilaterales, no aumente las injusticias del actual sistema.

Energía

Para los asturianos, el interés de la cumbre Sánchez-Fernández estaba en la pretensión del Principado de frenar la descarbonización exprés, sustituyéndola por la fijación de objetivos para el medio y largo plazo.

Javier Fernández se apoyó en dos argumentos: el cumplimiento español de los objetivos de la UE para 2020, en esta materia, y la necesidad de que no se encarezca el precio de la electricidad que se suministra a las industrias para evitar que pierdan competitividad y opten por trasladarse a otros países. El presidente Sánchez se limitó a tomar nota.

Si el compromiso sobre las infraestructuras fue lo más positivo de la reunión, la pasividad ante la descarbonización exprés fue lo más preocupante. El plan de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para cerrar las centrales térmicas de carbón a cambio de medidas de apoyo a los territorios damnificados no consta que vaya a ser enmendado desde la Moncloa.

La ministra trabaja para que en unos años se produzca una revolución en el mix energético, cerrando las térmicas de carbón, dejando fuera de servicio las centrales nucleares y prescindiendo de las plantas de gas de ciclo combinado. Un diseño trazado con la mirada puesta, exclusivamente, en el cambio climático, sin valorar si la demanda de energía de las industrias más consumidoras de electricidad quedará satisfecha y a qué precio se verificará el suministro.

Para el Gobierno la descarbonización exprés es una cuestión de imagen ante la Comisión Europea y ante el electorado de izquierdas. Para Asturias significa pérdida de riqueza, empleo y futuro. La pelota está en el tejado.

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por JUAN NEIRA

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