El grupo parlamentario de Podemos quiere orientar el presupuesto del Principado de 2019 hacia la creación de empleo y el desarrollo económico. Aunque pueda parecer un exceso de susceptibilidad quiero subrayar que en la nota de prensa lo escriben por ese orden: empleo y desarrollo económico, cuando la secuencia real es que el ciclo virtuoso de la economía empieza por la inversión y el desarrollo económico y prosigue, luego, con la creación de empleo. Dicho lo anterior, me parece un importante avance, y una prueba de madurez, por parte de Podemos que abra el debate presupuestario con el naipe de la economía, después de tres años hablando de gasto social. El salario social es necesario, las subvenciones hacia las personas y sectores más vulnerables son obligadas, pero toda esa dedicación de recursos se podrá llevar a cabo si crece la economía productiva, aumenta la riqueza y la tarta para repartir es más grande. En caso contrario, el gasto social se financiará con deuda, hipotecando el porvenir de las próximas generaciones. Poner por delante el gasto, sean cuales sean los ingresos, es adherirse a la filosofía del pan para hoy y hambre para mañana. En Asturias es más importante, aún, esta reflexión, porque la pariente pobre de la política regional es la inversión. Se destina dinero para todo tipo de fines, menos para la inversión productiva, situándose hoy día a un nivel que no supera un tercio de la inversión de hace ocho o nueve años.