PROBLEMA SUBSANADO
Los problemas de gestión en la vida pública se remedian con medidas técnicas sin recurrir a valoraciones y decisiones políticas, que sólo sirven para complicar los problemas y dilatar las soluciones. Las comunidades autónomas estaban recibiendo once mensualidades del IVA que les corresponde (el tramo autonómico del impuesto) por una decisión equivocada de Cristóbal Montoro en su etapa de ministro de Hacienda. En ninguna cabeza cabe que el Estado deba quedarse con la recaudación de una mensualidad en un impuesto que debe ir destinado a financiar el gasto de las regiones. Algunos responsables autonómicos, como es el caso del Principado, levantaron la voz para exigir que se remedie esta anomalía. Tras semanas de espera, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció que va a dar un préstamo puente a las regiones, sin intereses, por la cuantía del importe que se les adeuda. Una forma concreta de adelantar el dinero que hasta ahora se negaba.
En el caso de Asturias se trata de 70 millones de euros que se cobrarán este mismo año sin esperar a la liquidación del ejercicio presupuestario. La consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, podrá contar con esa cantidad para confeccionar el borrador del presupuesto de 2019. El Principado también quiere contar con otros 49 millones para gastar, producto de la elevación del techo de déficit público al 0,3%, tal como había pactado el Gobierno socialista con la Comisión Europea, pero el Congreso de los Diputados echó abajo la propuesta y el techo de déficit de las regiones quedó en el 0,1%, como lo había establecido el Gobierno de Mariano Rajoy.
Son dos asuntos muy distintos, en un caso es un derecho inalienable que tiene el Principado de ingresar todo lo recaudado por el tramo autonómico del Impuesto de Valor Añadido (IVA), y en el otro (techo de déficit público) es una medida política que compete al Gobierno central y repercute en el objetivo de consolidación fiscal del Estado, que han aceptado los dos grandes partidos (PSOE y PP) desde que en mayo de 2010 llegamos a una situación límite con el Gobierno de Zapatero y se produjo un cambio radical en la política económica al pasar del gasto expansivo (el agujero de los 7.836 millones del Plan E) a la reducción dolorosa del déficit. El Principado está ya en condiciones de presentar un proyecto presupuestario realista, en sintonía con las necesidades del presente. Última ocasión para que Javier Fernández prescinda de los chiringuitos.