Al no ponerse de acuerdo los tres partidos de izquierda (PSOE, Podemos, IU) sobre el proyecto de presupuestos para 2019, la pelota pasa a estar en el campo del centro-derecha, como hipotéticos aliados del Principado para aprobar las cuentas. El PP y Ciudadanos se ofrecen a pactar con el Gobierno socialista, si bien ponen como condición suprimir el Impuesto de Sucesiones. También quieren que los presupuestos den un giro hacia la inversión productiva y crear planes de empleo juvenil, así como otorgar ayudas efectivas a los trabajadores autónomos. A falta de unos meses para las elecciones autonómicas, consensuar con los socialistas las cuentas tiene sentido si se logran arrancar reivindicaciones concretas que los electores valoran. En caso contrario, el apoyo deterioraría su imagen ante las urnas.
Así como Podemos hace caballo de batalla de la gratuidad en la educación de los cero a los tres años, el centro-derecha pone el acento en el Impuesto de Sucesiones. Ambos asuntos centraron la atención de los debates presupuestarios de la presente legislatura. La izquierda se ha estrellado en la primera etapa educativa, mientras que el PP ha llegado a acuerdos con el PSOE sobre el Impuesto de Sucesiones, elevando el mínimo exento de los 150.000 euros a los 300.000, en los que está en la actualidad. Sin embargo, con ese paso Mercedes Fernández no ha ganado simpatizantes, porque mientras ella aprobaba las cuentas de Javier Fernández por haber introducido esa reforma, miles de asturianos desfilaban delante del Parlamento exigiendo la supresión del tributo, convocados por la Plataforma Contra el Impuesto de Sucesiones. Los líderes de ese movimiento estudian convertir la plataforma en candidatura electoral, algo que causa honda preocupación en las filas del partido conservador. Cherines valoró mal, y por eso ahora rectifica y alza la voz para pedir lo mismo que ya exigía Foro hace un par de años.
Ofrecerse para pactar los presupuestos es un acierto, ya que la gente está harta de broncas y ve con agrado los gestos responsables. En cualquier caso, Javier Fernández no puede hacer esa concesión porque choca con la doctrina de Pedro Sánchez de subir los impuestos a los ricos. Tal como está el patio nacional, heredar más de 300.000 euros otorga la condición de oligarca. Entre las líneas rojas de la gratuidad de cero a tres años y la supresión del Impuesto de Sucesiones se esfuman las mínimas probabilidades que había de aprobar los presupuestos.