La Audiencia Provincial ha dictado sentencia condenatoria contra José Ángel Fernández Villa, legendario líder del SOMA y hombre fuerte del socialismo asturiano durante veinte años. Por el delito de apropiación indebida deberá cumplir tres años de cárcel e indemnizar a su sindicato con 431.330 euros. El tribunal considera probado que se adueñó de las dietas que debían recibir los sindicalistas del comité intercentros de Hunosa y también da como hecho cierto que los más variados consumos personales del líder (comida, teléfono, colonias, libros, ropa, farmacia, dvds, maletas, puros, copas, etcétera) quedaban cargados en la cuenta del sindicato. La Fiscalía y la acusación particular (SOMA) pedían cinco y seis años de prisión, respectivamente. La sentencia no es firme y cabe recurso.
La sentencia llega cuando la figura de Villa ya no está en el pedestal. El ocho de octubre de 2014 se supo que se había acogido a la amnistía fiscal decretada por el Gobierno de Rajoy para regularizar 1,2 millones de euros. La sociedad lo recibió con sorpresa y la cúpula socialista puso cara de circunstancias –rostros serios y tristes como si estuvieran viviendo un hecho luctuoso-, cuando a esas alturas nada que tuviera que ver con el desclasamiento del jefe les podía causar asombro. Luego, avanzaron otras investigaciones judiciales y policiales sobre los sobrecostes del macrogeriátrico de Felechosa, del Montepío de la Minería, dando paso a la ‘operación Hulla’ donde Villa y su lugarteniente, José Antonio Postigo, están imputados. Ahora conocemos la sentencia de la querella interpuesta por el SOMA.
Tras conocer la sentencia, José Luis Alperi, actual secretario general del SOMA, aseguró que su sindicato no ha decidido si va a pedir su ingreso en prisión. Trato de interpretar las dudas de la actual dirección del SOMA: al estar en presencia de un ídolo caído, envejecido, enfermo, aislado, políticamente y sindicalmente degradado por sus antiguos conmilitones, la cárcel llega a destiempo, porque bastante pena arrastra en su propio domicilio. En efecto, la sentencia afecta al pasado, porque en el banquillo se sentó una pálida sombra del que fuera, en otro tiempo, mandamás de la región. Ni removiendo la losa de Cuelgamuros se ajustan cuentas con el franquismo ni metiendo a Villa en prisión se hace justicia con el periodo más bochornoso de la Asturias autonómica. Si se quiere revisar aquella época el retrato debe ser más coral.