La proposición de Ley del PP para modificar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones introduciendo bonificaciones para dulcificar los pagos en el caso de transmisiones entre parientes de tercer grado (tíos y sobrinos) ha dividido a la Cámara por el eje de la ideología: los tres grupos de izquierda han rechazado la propuesta y los tres del centro-derecha han votado a favor. La mayoría absoluta de la izquierda sirvió para mandar la iniciativa a la papelera, como ya ocurrió en intentos precedentes. Mercedes Fernández ha manifestado que sería bueno avanzar hacia la supresión del tributo.
Me parece que las manifestaciones en la calle de ciudadanos indignados con el saqueo de las herencias ha radicalizado a la líder del PP, al menos en vísperas de la convocatoria electoral. Hace un año aprobó el proyecto de presupuestos del Gobierno de Javier Fernández tras sentirse satisfecha con haber introducido una enmienda que elevaba el límite de exención del impuesto a los 300.000 euros. Como bien le recordó la portavoz socialista, Margarita Vega, si tanto abomina el PP del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, cómo no aprovecharon la primera legislatura de Mariano Rajoy, con mayoría absoluta, para borrarlo del sistema fiscal español.
La controversia sobre el tributo es muy conocida, pero no deja de ser interesante, con la derecha diciendo que supone pagar dos veces por lo mismo, y la izquierda argumentando que es un peaje irrenunciable a los ricos. Una materia tan ideológica convierte en subjetivos los discursos, cuando debería reducirse a un asunto de números. Margarita Vega nos dejó dos perlas, no todo iban a ser aciertos. Dijo que con las bonificaciones que ya hay, «casi nadie paga o apenas paga nada en Asturias». Por eso, señora Vega, hay cinco renuncias diarias a herencias en nuestra región. Somos la comunidad autónoma en la que más personas desisten de recibir bienes de padres, abuelos o hermanos porque no tienen dinero para tributar a Hacienda por ellos. No digamos nada cuando se trata del caso de sobrinos heredando a tíos, donde es tanta la tajada que se lleva el fisco que tal parece que es el verdadero heredero por voluntad expresa del difunto.
Lo más simpático del asunto es que Margarita Vega, en su exposición, dijo que con la propuesta del PP el Principado perdería 50 millones de euros. Vamos a ver señora diputada, en qué quedamos, ¿en que nadie paga nada o casi nada, o que la gente se quita un ojo para cumplir con Hacienda? Mejor llevarlo con humor.