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Juan Neira

LARGO DE CAFE

UN MENSAJE ACERTADO

La entrevista entre Javier Fernández y Núñez Feijóo no tuvo nada que ver con esas cumbres entre presidentes autonómicos que se programan para proyectar el áurea de supuestos estadistas. Fernández y Feijóo se vieron con el tiempo justo, entre el café que sustituye a la siesta y la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias, donde el presidente asturiano ejerce de anfitrión. Lo más reseñable de la entrevista es la convicción que tienen ambos presidentes de que el cierre de Alcoa se debe al alto precio de la electricidad. No lo dicen dos cualquiera y, además, uno de ellos es especialista en la materia.

Quieren salvar la actividad de la empresa y evitar el despido de 686 trabajadores, pero huyen del recurso demagógico de decir que la empresa multinacional americana es un ente malvado que disfruta cerrando tinglados y cuando cobra las subvenciones cierra la maleta y pide un taxi para la estación. Por cierto, y sin ánimo de hacer de abogado del diablo, es bueno saber que cuando la producción de aluminio formaba parte de la soberanía española, bajo la bandera de la Sepi (el INI de la democracia), en ocho años recibió 99.000 millones de pesetas del Estado (600 millones de euros) para hacer frente a las pérdidas de explotación y, además, dejó una deuda de 30.900 millones de pesetas. Alcoa pagó muy poco por Inespal porque sabía que adquiría los pecios de un naufragio.

A Teresa Ribera, la única persona del mundo que es ministra gracias a la transición ecológica, no le «cuadran» los cierres de las dos factorías que tiene Alcoa en Avilés y La Coruña. A Fernández y Feijoo, sí. Es más, los presidentes asturiano y gallego advierten de que si el año que viene no hay otro marco regulatorio para la energía, pueden venir nuevas deslocalizaciones (¿ArcelorMittal? ¿Asturiana de Zinc?). No hacen un mero ejercicio especulativo, esta misma semana la cementera mexicana Cemex anunciaba el cierre de dos plantas (Almería, Baleares) de las siete que tiene en España: otros 200 obreros a la calle.

Fernández y Feijóo han dicho lo que debían decir: nada de perderse por las ramas del árbol hablando de las trampas de Alcoa y más abrazarse al tronco de la realidad industrial española, atacada como nunca por la subida del coste de la energía y por el encarecimiento de los derechos de emisión del CO2. El riesgo para Asturias no está tanto en la voracidad de las multinacionales, como en las reglas de los fundamentalistas que encarecen la producción de acero, aluminio, zinc y cemento.

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por JUAN NEIRA

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