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Juan Neira

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UN CUADRO DEPRESIVO

Tras el anuncio del cierre de las factorías de Alcoa, realizado por la dirección de la empresa, Asturias inicia una nueva fase de daños sociales y pesimismo colectivo. Desde 1973, año en que se inicia la primera crisis de petróleo, han transcurrido cuarenta y cinco años, de los que sólo una tercera parte han sido positivos para la región.

El heraldo de esta nueva etapa fue la Administración, haciendo saber que iba a imponer la descarbonización exprés. Como es lógico no lo dijo así, sino que se limitó a advertir que la vida de las centrales térmicas debe finalizar en el corto plazo.

Teresa Ribera imponía la transición ecológica al modo que lo hacen siempre los fundamentalistas: negando uno de los términos de la contradicción existente entre las necesidades de la industria y las del mantenimiento del clima.

Se borra todo lo que expulsa CO2 a la atmósfera y se acaba con el efecto invernadero, sin reparar en que deja herido de muerte al sector que trajo más empleo y bienestar a la sociedad moderna. La ministra no quiere llegar a una síntesis, opta por defender el clima y que otros resuelvan la cuestión de la comida.

La desaceleración de la economía, tras cinco años de expansión, iba a complicarse con las exigencias de los fundamentalistas climáticos. Sin embargo, el siguiente dato negativo llegó de la mano de las infraestructuras, con el Gobierno de Pedro Sánchez actuando otra vez de protagonista al dejar en papel mojado los planes expuestos por el otrora ministro Íñigo de la Serna.

La hoja de ruta de José Luis Ábalos para Asturias pasa por retroceder dos legislaturas y hacerse las preguntas que se formulaba José Blanco cuando ocupaba su mismo despacho ministerial: ancho ibérico o ancho europeo para la variante de Pajares; estación intermodal en las afueras de Gijón u optar por acercarla al centro; permitir la degradación del servicio de cercanías o invertir en su regeneración.

Brumas

Cuando pensábamos que la finalización de la red de infraestructuras estaba al alcance de la mano, el objetivo vuelve a quedar entre brumas. Esta secuencia ya la hemos vivido con Zapatero, como presidente de Gobierno, Areces, como presidente del Principado, Trevín, como delegado del Gobierno, y Javier Fernández, como secretario general de la FSA. Los cuatro predicaron la buena nueva: en 2009 se terminarían la variante de Pajares, la autovía del Cantábrico, la autovía de Oviedo a La Espina, etcétera. Diez años más tarde están las actuaciones sin acabar, con la excepción de la autovía del Cantábrico que finalizó en 2014.

Las últimas informaciones que se pudieron leer en EL COMERCIO, esta misma semana, ilustran sobre atrasos y abandonos. La fase de pruebas de la variante de Pajares, por complejas razones de seguridad, demorará año y medio la puesta en servicio de la línea. La variante no quedará abierta en 2009, sino en 2022. Yo tenía veintitantos años cuando Alejandro Rebollo procedió a la expropiación de los primeros terrenos para construir la variante de Pajares. En cruzar los túneles de Pajares subido a un vagón empleas toda una vida.

Sobre el abandono de los trenes de cercanías, nada más elocuente que la venta de Renfe de material ferroviario. 158 vagones y locomotoras que operan en Asturias los sacan al mercado por 3,8 millones de euros. ¿Ruina de rebajas o rebaja de ruinas? El 47% de todo su parque móvil lo pone a la venta. Como para prescindir del Ángel de la Guarda.

El fin de la minería llega empapado en el cloroformo del nuevo plan del carbón con 250 millones de euros destinados a rehabilitación de las comarcas. Teresa Ribera está entusiasmada: «Se irán generando actividades industriales que permitirán viabilidad económica y la gente no tendrá que salir». Esta señora no se enteró de que hubo un programa, llamado «fondos mineros», que invirtió y gastó muchísimo más dinero en las comarcas mineras con resultado nulo. Sólo entre los años 2006 y 2012, tuvo un presupuesto de 2880 millones de euros. Y las cuencas mineras no cesaron de perder población. El empleo no se puede pintar. No basta con regar las calles de dinero.

Alcoa

Y llegamos al cierre de Alcoa, que será un anticipo de lo que vamos a ver si el coste de la electricidad que alimenta a las industrias asturianas sigue superando en 13 euros por megavatio al de las plantas alemanas. Con el precio de la electricidad por las nubes no es posible competir con otros países.

Además, los famosos derechos del CO2 –un mercado artificial creado por la Comisión Europea–, que compran nuestras industrias se han puesto por las nubes. Nunca fue tan caro producir acero, aluminio o zinc. Las ventajas competitivas que logran los departamentos de I+D+i, se echan a perder con la normativa de los boletines oficiales.

Tal parece que el éxodo de las industrias estaba en el tique de la transición ecológica. O las dos ministras (Montoto y Ribera) rebajan el precio del suministro eléctrico o hay un cortocircuito en la región. Tienen en su mano los 150 millones que arrancó Foro a Rajoy para rebajar la factura eléctrica ¿Por qué no los utilizan?

Para acabar, les dejo con unas palabras de Pedro Sánchez, pronunciadas en Oviedo, el pasado 9 de septiembre: «Este Gobierno se compromete hasta las trancas con Asturias». Y le aplaudieron.

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por JUAN NEIRA

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