A lo largo de esta próxima semana se iniciarán los primeros contactos del Gobierno regional con los grupos de la oposición para negociar los presupuestos de 2019. A juzgar por lo declarado hasta ahora, aunque hay cinco partidos en la oposición, la negociación de las cuentas solo se llevará a cabo con Podemos e IU. Imagino que habrá una ronda informativa con todos los grupos sobre las grandes líneas del presupuesto, pero la fase de propuestas y contrapropuestas quedará circunscrita a los grupos de izquierda. No siempre ha sido así, es más, los dos últimos presupuestos que logró sacar adelante Javier Fernández, lo hizo con las fuerzas del centro-derecha. Ahora descarta negociar un acuerdo con el PP, aunque Mercedes Fernández se ha ofrecido para que su partido sea el socio del Gobierno en la aprobación de las cuentas.
Si Javier Fernández no quiere repetir la única fórmula que le ha resultado exitosa en este mandato se debe a la orientación política marcada por Pedro Sánchez en la política española y Adrián Barbón en la Federación Socialista Asturiana. Sobre el ‘sanchismo’ se pueden hacer muchas consideraciones, no todas positivas y algunas contradictorias, pero no cabe duda que al menos, teóricamente, se trata de un giro hacia la izquierda en el PSOE, el primero desde que Felipe González estableció las coordenadas en las que se debía mover su partido en la democracia. Lo de Zapatero no fue un giro hacia la izquierda, fue otra cosa. Javier Fernández no quiere complicarse el final de mandato y asume la nueva línea roja marcada por los líderes del partido.
Visto el debate sobre el estado de la región, se puede pronosticar que el entendimiento con IU sobre las cuentas del próximo ejercicio es posible. El año pasado, Gaspar Llamazares se conformaba con que el Gobierno socialista asumiera la necesidad de dar un impulso a la acción política. Al final, ni hubo impulso ni hubo presupuestos. La alianza con Podemos es mucho más problemática. En política, el contador se pone a cero cuando empieza una legislatura o cuando cambia el presidente del Gobierno (el ejemplo más reciente fue la sustitución de Rajoy por Sánchez). Ninguna de las circunstancias se da, actualmente, en la política asturiana. Creo que la recomposición de las relaciones entre las tres formaciones de izquierda acontecerá en el próximo mandato, no ahora. El acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no se puede trasladar mecánicamente porque los contextos son diferentes.