En la negociación de los presupuestos del Principado para 2019, Podemos va a pedir un cambio en la gestión sanitaria que debe ir acompañado de un incremento de recursos. Proponen crear un área de gestión responsable que racionalice lo que hoy son duplicidades, ineficiencias y despilfarros. Por esa vía creen que se pueden ahorrar de 50 a 70 millones de euros. Es difícil cuantificar los beneficios que puede aportar un cambio en la organización y los procedimientos, pero lo cierto es que los trabajadores de la sanidad son los primeros en criticar la forma de gastar y distribuir los recursos. Podemos propone cubrir las vacantes que hay en la relación de puestos de trabajo y también quiere incrementar la nómina de trabajadores. La iniciativa de Podemos tiene como objetivo acabar con las listas de espera quirúrgica, de pruebas diagnósticas y de consultas de especialista.
La sanidad es el verdadero caballo de batalla de la gestión autonómica. Desde que fue transferida del Estado a las regiones, los agobios económicos de los gobiernos autónomos se multiplicaron y el crecimiento de la deuda tuvo como principal causa el aumento del gasto sanitario. Si se mira en perspectiva, el esfuerzo de las regiones en sanidad no trajo consigo una mayor satisfacción de los usuarios, lo que da una idea de la escasa eficiencia de la gestión. La descentralización territorial tiene como gran protagonista la sanidad y ningún presidente autonómico puede sacar pecho mientras no apruebe esa asignatura.
Hay un indicador que da la medida de la forma de gobernar la sanidad: las listas de espera. Desde que hay diecisiete sistemas sanitarios, las listas hablan por si solas de la gestión de los territorios. Hubo consejeros del ramo que nada más llegar al puesto reconocieron públicamente que el verdadero caballo de batalla estaba en la reducción de las listas de cirugía, de diagnóstico y de especialista. En Asturias, todos los consejeros fracasaron en la tarea, excepto José María Navia-Osorio, que en su cortísimo periodo de gestión (Foro no llegó a gobernar diez meses) logró dejar la espera por debajo de los 180 días. Podemos debería sacar enseñanzas del pasado. Cuando en una empresa aumentan los pedidos, la respuesta inmediata es hacer horas extra; debidamente remuneradas, por supuesto. No hay que descubrir el Mediterráneo ni ser muy originales, basta con poner a funcionar el sentido común. Las actuales listas de espera son un desastre sin paliativos.