José Luis Ábalos ha venido para dar cuenta de los planes para la región. El ministro más buscado compareció voluntariamente. Dividió su trabajo en dos jornadas, la primera dedicada a los interlocutores socialistas (Fernández, Barbón y López) y la segunda a la oposición: Moriyón.
La entrevista con el presidente del Principado fue muy constructiva. Demasiadas heridas dejó el pasado. A la placidez del encuentro contribuyó decisivamente que ambos tienen el mismo plan para la variante de Pajares: por los dos túneles podrán pasar los trenes de mercancías, y para el AVE se habilitará en uno de los túneles un tercer hilo para atravesar la montaña. Los convoyes de mercancías podrán viajar siempre; si falla un túnel, estará listo el otro. Para el AVE no hay ‘plan b’, en caso de problemas en la vía, la alternativa del viajero será el avión, el autobús o el coche, con el peaje del Huerna incluido. Llevamos cuarenta años hablando de la variante de Pajares y ya quedó claro que para la izquierda, la variante de Pajares es, por encima de cualquier otra consideración, una obra para los puertos y la industria pesada. La alternativa de Ábalos pone punto final a la discusión por la vía de los hechos: prescinde de la vieja rampa de Pajares, así que se acabó con la posibilidad de desviar parte de las mercancías por tan herrumbrosos raíles. La propuesta del ministro socialista coincide mucho con el primer plan de De la Serna, que no tenía el visto bueno de Rajoy. Cuando se lleva cuatro décadas esperando, el plazo para utilizar la variante importa mucho. La infraestructura entrará en servicio, «posiblemente en 2021». Es decir, como mínimo faltan tres años, aunque pueden ser uno o dos más, depende. Esta cuenta se la hemos oído a varios ministros. Sobre el resto de proyectos, la música acostumbrada: «Estamos actuando en varias líneas», «licitación prioritaria», «aprobado proyecto constructivo». Hace muchos años, cuando oíamos estas cosas nos sentíamos importantes.
Queda el único hueso duro de roer: la entrevista de Gijón. La novedad más reciente es que el plan de vías lo para la Intervención General del Estado. A nuestro plan de vías sólo le falta enfrentarse a un tsunami. Dejemos a un lado la disculpa y vayamos con la preocupación: el Ministerio de Fomento quiere afinar los costes de la estación intermodal con un estudio informativo ¿Qué quieren decir? La alcaldesa debe arrancar dos certezas: la estación no se mueve del sitio elegido y la fecha para firmar el convenio.