El acto supuso el arranque de la precampaña electoral de Carmen Moriyón. Hace bien en madrugar, porque los partidos minoritarios tienen que luchar duro para abrirse un hueco en el mercado de los votos, donde habrá mucha concurrencia. En las elecciones de 2011, Cascos no abrió la boca hasta el mes de enero, pero desde mucho antes representaba ya una alternativa en la sombra para la gente. El documento está trabajado y tiene ya, en sí mismo, más enjundia que aquellos programas electorales con los que se presentaba Ovidio Sánchez (PP) a los comicios autonómicos de hace quince años. Se aprecia el enfoque de Rubén González, un ingeniero treintañero del sector tecnológico, porque mira más hacia el futuro que hacia el pasado.

Las veinte medidas están bien, pero carecen de originalidad, a no ser que entendamos por tal la prolongación de la autovía Oviedo-La Espina hasta Degaña. Hablar de transformar el modelo económico hacia uno más basado en la innovación y los activos intangibles es un objetivo acertado, pero el problema es que eso mismo ya lo dijeron, y lo volverán a decir, el resto de partidos. Por cierto, y hablando de nuevas tecnologías, teniendo en cuenta que en las elecciones vota también el 25% de asturianos de la tercera edad, no estaría mal que incluyeran como objetivo acabar con la brecha digital. Repito, las veinte medidas están bien y pueden ser la columna vertebral de cualquier programa electoral, pero tal como se concretan no aprecio que constituyan un revulsivo para que la gente vaya a votar. Foro, un partido que a día de hoy es minoritario, tiene que arriesgar más y salirse de la senda trillada. Poseen un gran activo electoral en Carmen Moriyón, una dirigente que apenas tuvo desgaste en ocho años como alcaldesa de Gijón. Es la antítesis de la ‘derechona’, lugar en el que quieren los rivales ubicar a Foro. A partir de ahí, señores del programa electoral, olvídense de la rutina y aporten frescura. Deben pertrecharse de dos o tres ideas-fuerza, que son las que llevan al ciudadano del butacón a la urna. Hay miles de asturianos esperando que alguien creíble diga algo novedoso.