En forma de píldoras llegan las concesiones del Gobierno socialista a Podemos. El fin de semana se han intercambiado mensajes, tarde de domingo incluida. El Gobierno ofrece en Sanidad cubrir vacantes con 60 médicos, que es la sexta parte de los pedía Podemos. También propone una rebaja del 20% en las matrículas universitarias, un porcentaje aún lejano del exigido por el partido morado. Se niegan a conceder la gratuidad en la primera etapa de enseñanza infantil (cero a tres años), pero están dispuestos a conceder un crédito ampliable de 16 millones para que los ayuntamientos puedan abrir escuelas infantiles. No tiene nada que ver la gratuidad de la enseñanza con los créditos a los ayuntamientos, pero como el asunto suena bien, lo ofrecen para ver si logran vencer las resistencias de Podemos y se olvidan de presentar enmiendas a la totalidad de las cuentas.
El Ejecutivo hace pequeñas concesiones con el objetivo, de mínimos, de lograr que Podemos renuncie a enmendar globalmente los presupuestos y se abstenga cuando PP, Foro y Ciudadanos defiendan sus correspondientes enmiendas para anular las cuentas. De esa forma habría presupuestos para el próximo año. Podemos tendría ante sí el señuelo de sacar adelante alguna enmienda parcial con el apoyo del centro-derecha, aunque ya se encargarían PSOE e IU de estar vigilantes para que no se colara mercancía morada. El juego de las enmiendas parciales tiene mucho de ficticio, cuando no se produce dentro de una coalición de gobierno o de un pacto de legislatura. Hace veinte años, cuando Sergio Marqués se encontró en minoría, los partidos de izquierda le cambiaron el presupuesto por el método de las enmiendas parciales. Los 100 millones de pesetas presupuestados para financiar la construcción del Auditorio de Oviedo se convirtieron en 100 millones de pesetas para promocionar la llingua asturiana. Una victoria de la oposición que, a la postre, quedó en mera propaganda, porque el Gobierno de Marqués, como es lógico, no ejecutó la partida impuesta. Al final, los gobiernos administran los mandatos del Parlamento y lo que no les convence queda en vía muerta.
Una vez más se comprueba que el PSOE juega fuerte en la negociación de los presupuestos. Tal parece que conserva los 21 o 22 escaños de la primera década del presente siglo, aunque sólo tenga 14. Sabe que en Podemos hubo importantes dimisiones y se encuentran en elecciones primarias. Llegó el momento de ponerles entre la espada y la pared.