PROPAGANDA OFICIAL
Debate en la Junta General del Principado sobre los presupuestos de 2019. Las posturas de cada grupo se conocían de antemano. La oposición del centroderecha –u oposición propiamente dicha, ya que Podemos e IU apoyan las cuentas del Gobierno de Javier Fernández–, clama contra la escasa inversión productiva y lamentan el creciente gasto corriente. El Gobierno y sus aliados defienden y alaban el contenido social de los presupuestos, como han venido haciendo los sucesivos gobiernos asturianos desde el inicio de la etapa autonómica.
En el debate de este año hay dos novedades. El Gobierno no tiene que discutir a la vez contra grupos de izquierda y de derecha, ya que Podemos ha aceptado formar parte de la casa común de la izquierda, no como ocurría al inicio de la legislatura en que sus dirigentes se enfadaban cuando se les ponía la etiqueta de izquierda. La otra novedad está en el protagonismo de la Fade, a través de su presidente Belarmino Feito, que ha realizado un análisis demoledor de las cuentas, dejando en muy mal lugar a los partidos que las negociaron y apoyaron. Debido a ello, Dolores Carcedo, la consejera de Hacienda y hacedora del proyecto, lo defendió con tanto entusiasmo que llegó a decir algunas cosas realmente imaginativas.
En primer lugar, afirmó que si se rechazaran los presupuestos y se entrara en prórroga presupuestaria, la inversión sería aún más baja que la aprobada en el proyecto. Claro, también disminuirían otras partidas porque cuando hay prórroga se pierden recursos, pero eso no quiere decir que apoyar el proyecto sea un acierto porque contiene los mismos defectos que los anteriores. La consejera hizo acopio de fuerzas para declarar que el capítulo inversor es «un impulso progresivo».
De ser un impulso lleva la marcha atrás incorporada, porque la inversión disminuye con relación a la que había en el proyecto del pasado año. Cuando los gobernantes no reconocen el valor de las cifras el discurso político toma la forma espuria de la propaganda. En vista de que la inversión aprobada es de 357 millones, Dolores Carcedo declaró que suponía «un paso importante en la buena dirección». En realidad, sigue las huellas dejadas en el camino por los presupuestos de las dos últimas legislaturas, con el gasto corriente al alza y la inversión a la baja. ¿Y por qué cayó la inversión? Para destinar el dinero a pagar la carrera profesional de los funcionarios y la jornada de las 35 horas. Unas cuentas progresistas y muy sociales.