Actúa, el partido político que impulsan Gaspar Llamazares y Baltasar Garzón, ha dado a conocer que se va a presentar a las próximas elecciones europeas, autonómicas y municipales. Este anuncio ha movilizado al aparato central de IU. Consideran incompatible la doble militancia de Llamazares como dirigente de Actúa y de IU. El propio portavoz parlamentario en la Junta General del Principado se defiende diciendo que mientras no haya competencia electoral directa de Actúa e IU en un territorio no existe ninguna contradicción. Pongamos las cosas en claro.
En primer lugar hay que decir que Garzón y su gente tienen permanentemente en el punto de mira a Llamazares porque representa una manera distinta de hacer política en IU. Llamazares no acepta la ‘podemización’ de IU que encabeza Garzón, y su denuncia les resulta insoportable. La autonomía de la organización asturiana, la segunda más fuerte después de Andalucía, les irrita. El cuerpo les pide aplicar medidas disciplinarias contra el dirigente asturiano, pero un sexto sentido les dice que podrían incendiar el bosque y, a cinco meses de las elecciones, no es aconsejable. Después de los comicios andaluces no se puede decir que Garzón sea muy apreciado por las bases de IU. Su proyecto de pueblo unido bajo las siglas de Unidos Podemos ha llevado dos revolcones seguidos en las urnas: las últimas elecciones generales y las andaluzas. La gente se pregunta si caminan en dirección al abismo.
Sobre Actúa. A día de hoy es más un pequeño club o tertulia que un partido político. Su anuncio de acudir a tres citas electorales en un mismo domingo sugiere que alguno o algunos tendrán que hacer como los extras en las películas de romanos: cuarenta tipos que pasan cien veces delante de la cámara para aparentar que forman una legión. Dudo que tengan algún papel en la política española como grupo de opinión, pero como partido político que pretende «frenar el auge de la extrema derecha» resultan tan innecesarios como un abrigo en verano. Si pretenden clarificar la política española hacen bien en acudir a la triple cita electoral ya que los electores los devolverán al sitio que no deberían haber abandonado en el teatro de la política: el patio de butacas. Dejando al exjuez a un lado, porque su trayectoria desde 1993 es penosa, el único activo político que poseen es Llamazares. Espero que Gaspar reflexione y comprenda que no hay nada más absurdo que pasar de un grupo político minoritario a otro que es minúsculo.