Caminando por marzo, hablar de política es hablar de elecciones. La elaboración de las candidaturas llega a su punto de cocción. El menú es pantagruélico, cinco platos: Congreso de los Diputados, Senado, Junta General del Principado, cámaras municipales y Parlamento europeo.
Cinco listas propician muchas combinaciones, con nombres multiuso que pueden ir de un lado al otro: se puede ser diputado o concejal; alcalde, senador o eurodiputado.
Hay cuatro partidos (Podemos, IU, PP y Foro) que tienen una tarea más complicada que el resto, porque negocian coaliciones para algunos comicios y en otros pretenden presentar candidaturas de partido.
Unidos Podemos
Podemos e IU quieren reeditar el invento de Unidos Podemos, aunque por las exigencias de lo políticamente sublime y para suerte de las chirigotas del carnaval se presentarán bajo el rótulo de Unidas Podemos.
Los dos grupos a la izquierda del PSOE irán juntos en las elecciones generales y separados a la Junta General del Principado y a la mayoría de los ayuntamientos. Ese es el plan de Madrid, pero al pasar el Negrón la niebla lo confunde todo.
Pablo Iglesias quería que los dos primeros puestos de la candidatura al Congreso de los Diputados fueran para Podemos. Teniendo en cuenta que hay siete escaños para cinco candidaturas (PSOE, Podemos-IU, PP-Foro, Ciudadanos y Vox), la pretensión de Iglesias era dejar a IU sin escaños. A Iglesias, si no le frenan, come todos los bombones de la bandeja.
En la organización asturiana de Podemos, los dirigentes, empezando por Daniel Ripa, estaban de acuerdo en ceder el segundo puesto a IU. Al final, el equipo de Galapagar, ante los ruegos, cambió de postura y aceptó ceder el segundo puesto de la lista asturiana a IU ¿Se acabaron los problemas para la coalición electoral?
En absoluto. En la organización asturiana de IU reina la confusión. Hace unos meses votaron en referéndum ir en solitario en las «elecciones de 2019». Sin especificar de qué comicios se trataba. Luego vino la convocatoria de las elecciones generales y hay dirigentes que dicen que la coalición ya ha quedado rechazada y otros que opinan lo contrario.
Para mayor enredo, en IU se presentan tres candidatos a las primarias autonómicas, cada uno con su particular punto de vista sobre la relación con Podemos. Ramón Argüelles considera que la cesión del segundo puesto de Podemos es un paso positivo; Ángela Vallina afirma que la organización asturiana ya se posicionó a favor de ir en solitario en toda las citas electorales de 2019; y Carmen Conde piensa como Alberto Garzón: coalición.
Para completar el cuadro, añadamos que Gaspar Llamazares, líder de Actúa, la izquierda amable, ofrece a IU ir en coalición a las elecciones, siempre que excluya a Podemos (izquierda no amable).
Un viaje en redondo: Gaspar abandonó IU, tras más de tres décadas de militancia, para liderar Actúa, y desde este grupo quiere coaligarse con IU. No quiere ser de IU, pero sí ir en las listas con IU. Claridad y coherencia.
Conclusión para personas normales: los grupos a la izquierda del PSOE vagan perdidos por las praderas. Desde Errejón hasta Llamazares, pasando por Iglesias, Garzón, Argüelles, Vallina y Conde. Es imposible mayor caos mental.
Les queda un tiempo mínimo para rectificar. Si de las urnas del 28 de abril salen trastabillados, un mes más tarde, en las elecciones autonómicas y municipales, se pegarán la gran torta.
PP y Foro
PP y Foro negocian una candidatura conjunta a las elecciones generales. Esa es la explicación oficial, cuando en realidad no hay nada que negociar. Hay acuerdo en que el primer puesto será para el PP y el segundo para Foro. En cuanto el programa, el PP aceptará las reivindicaciones para Asturias de Foro (infraestructuras, financiación autonómica, descarbonización, etc.).
En Foro hay unanimidad de pensamiento y en el PP sólo discrepa Teresa Mallada que prefiere ir a las urnas sin socios, aunque ya subrayó que la suya es una opinión personal.
Como es evidente que si el PP va en solitario obtiene menos votos, la opinión personal de Mallada responde a un interés político concreto: alejar a Foro.
Es un hecho que la nominación de Mallada como candidata no calmó las aguas agitadas del PP. Sus opiniones vacilantes sobre el Área Metropolitana y las desconcertantes sobre la alianza con el partido de Cascos, han hecho que cualificados militantes del PP y cargos públicos propugnen una candidatura conjunta en las autonómicas con Foro. Lo dicen abiertamente hablando entre ellos y se lo han comunicado a sus potenciales socios y a algún personaje de otro partido.
Los expertos demoscópicos dicen que las preferencias de los ciudadanos son más cambiantes que nunca. La situación es muy líquida. Hay tiempo para cambiar un guión desnortado.
Dejando a un lado al personal político, y entrando en el análisis, la gran cuestión que tienen que explicar al electorado el PP y Foro, es por qué razón van de socios en las elecciones generales y de rivales en los comicios autonómicos y municipales.
A ver si son capaces de desactivar la contradicción sin caer en el caos mental de la izquierda radical.