La Fade ha declarado que no va a tolerar más retrasos en la apertura de la variante de Pajares. La manifestación realizada al día siguiente de que la clase política asturiana se dedicara a discutir sobre la conveniencia de equipar con vías de ancho ibérico o ancho internacional la comunicación con la Meseta, suena a advertencia para que se mantenga el plan del Gobierno de Pedro Sánchez, con un túnel de ancho ibérico, y el otro equipado con tres carriles, apto para todo tipo de tráficos. No recuerdo que la Fade haya dicho una sola palabra cuando Pedro Sánchez detuvo la tramitación del proyecto del Gobierno de Rajoy, aunque supuso una demora de las actuaciones. De sus declaraciones y silencios se deduce que para la patronal unos retrasos son más intolerables que otros. Por su parte, Carmen Moriyón criticó duramente al Gobierno, por diseñar un tipo de AVE para Asturias más lento que los que circulan por el resto de España y por dejar a El Musel y el puerto de Avilés conectados por ancho ibérico a la red ferroviaria.
Me gustaría destacar dos asuntos que silencian los mismos que rechazan el ancho europeo. La velocidad de los convoyes es uno de ellos. Una cuestión esencial, porque tanto hablar de alta velocidad, conviene comprobar de qué velocidad, realmente, estamos hablando. La línea Madrid-Gijón, actualmente en construcción, tiene a día de hoy el récord de la parsimonia. Es el AVE más lento de España. El trayecto de Valladolid a León, que lleva ya más de tres años abierto, después de las últimas mejoras, permite a los trenes circular a una media de 164 kilómetros a la hora. Según la UE, alta velocidad implica velocidades iguales o superiores a los 250 kilómetros por hora. Es decir, nos vamos a incorporar a una línea que llaman de alta velocidad, pero no lo es. Esta línea tiene la singularidad de contar con 85 kilómetros de vía única. En los 3.240 kilómetros que componen la red de alta velocidad en España, no existe otro tramo de vía única. A lo mejor es que no estuve atento, pero no oí a la Fade ni a Ciudadanos ni a Podemos ni al PSOE ni al PP ni a IU protestar por ello. Se ve que la preocupación por el ancho les impide percatarse sobre si hay una vía o dos.
El otro asunto son las mercancías. Sobre esta cuestión hay que hablar un día largamente. No habían empezado a trabajar las cinco tuneladoras en la variante de Pajares y ya estaban con la matraca de que la alta velocidad era, sobre todo, para las mercancías. En ningún AVE del mundo, la prioridad son las mercancías.