En la política asturiana va a tener mucha influencia la solución que se adopte a la investidura de Pedro Sánchez, que ya fue rechazado el pasado 25 de julio por el Congreso de los Diputados al contar con el único apoyo de un diputado regionalista de Cantabria, excepción hecha de los parlamentarios del PSOE. Si el segundo intento de Sánchez diera paso a un gobierno de coalición con Podemos, el partido morado se convertiría en el socio preferente del Ejecutivo de Adrián Barbón, descontando a los dos diputados de IU, que solo les falta firmar un protocolario pacto de legislatura para convertirse en los más fieles defensores del Gobierno socialista. En definitiva, si hay gobierno de coalición en Madrid los tres grupos de la izquierda formarán un bloque monolítico en Asturias dando por superado el gran escollo de la pasada legislatura: las disputas entre los progresistas, pese a contar con el 62% de los escaños de la Junta General del Principado.
En el caso de que Podemos no logre entrar en el Gobierno de España, su estrategia en las cámaras autonómicas reflejará la tensión con el PSOE. Es probable que apoye presupuestos y leyes, pero no será un socio estable. Sin embargo, el Gobierno de Adrián Barbón tiene otras alternativas para asegurarse la mayoría parlamentaria. En una entrevista en este periódico, el pasado 11 de agosto, el vicepresidente, Juan Cofiño, decía que «el discurso del portavoz de Foro en la investidura fue muy razonable». En otro momento de la entrevista, casi pensando en voz alta, agregaba, «tengo la impresión de que IU, con Foro que tiene dos parlamentarios…». No terminó la frase, pero se le entendió todo: con los escaños de IU y los de Foro, el Gobierno socialista tiene mayoría absoluta. La entente con Podemos deja de ser la única vía para gobernar con mayoría.
El acuerdo a dos bandas, con IU y Foro, solo depende de la respuesta de Foro. No es fácil saber lo que hará el partido creado por Cascos. En la investidura de Barbón, las palabras de Adrián Pumares –secretario general y portavoz parlamentario– fueron muy conciliadoras, pero Foro viene de sufrir un seísmo, con el mal resultado electoral y la renuncia al escaño de Carmen Moriyón, y su línea política es una incógnita. Tras escuchar lo que dicen y leer artículos de opinión de sus dirigentes en EL COMERCIO, me atrevo a afirmar que hay dos posturas, la renovadora de Pumares y la tradicional de sus clásicos. En otoño sabremos si su oferta regionalista da para un partido bisagra.