Adrián Barbón se reunió con los acaldes de la región. A la cita acudieron setenta y cuatro regidores de los setenta y ocho concejos asturianos. La convocatoria fue un reconocimiento explícito por parte del presidente del Principado de la importancia que tienen los consistorios en la articulación del territorio y la solución de los problemas de los ciudadanos. La cumbre municipal tuvo un precedente en el año 1999, cuando nada más tomar posesión como presidente de Gobierno, Álvarez Areces reunió al plenario de alcaldes asturianos para abordar la problemática municipal. A nadie puede extrañar esta coincidencia entre Barbón y Areces, ya que ambos llegaron a la Presidencia del Principado tras haber estado tres mandatos como alcaldes de Laviana y Gijón, respectivamente.
Los ayuntamientos tuvieron siempre un peso enorme en la vida asturiana; la orografía difícil, con la gente separada por montañas, dando paso a una comunicación entre las poblaciones que compartían el mismo valle, hizo que la identidad local adquiera una fuerza especial. Por eso, en la democracia, cuando se apostó por la descentralización, costó tanto que en Asturias las instituciones autonómicas fueran tomadas en serio. Esa es la causa de aquellas bromas sobre ‘el gobiernín’. Los alcaldes se veían como una autoridad natural, mientras que el gobierno regional y la figura del presidente eran contemplados como algo artificioso, casi exótico.
Barbón manifestó que defenderá el derecho de los alcaldes a gastar el superávit que tengan los ayuntamientos. La barrera puesta por Cristóbal Montoro para impedir que las corporaciones municipales gasten lo que es suyo todavía está vigente. En el caso de Asturias se trata de 500 millones de euros recaudados a los ciudadanos que están inmovilizados sin dar el fruto que se espera de ellos. El presidente va a pedir al Gobierno central que se aborde la asignatura pendiente de la financiación municipal cuando se negocie el modelo de financiación autonómica. Hasta ahora, inexplicablemente, no fue posible. Prometió aumentar en el presupuesto del Principado el dinero dedicado a los ayuntamientos. También adelantó a los alcaldes que destinará más dinero para las escuelas de cero a tres años dentro de la política por frenar el declive demográfico. Las propuestas del presidente las pueden compartir todos los partidos; el problema, como siempre, está en ejecutarlas. Hay mucho recelo tras años de discursos sin gestión.