En el Senado debuta Mercedes Fernández confirmando el pacto que alcanzó con Génova: dejar la presidencia del PP a cambio de un hueco en la Cámara Alta. Tiene muchas probabilidades de convertirse en senadora acompañando a los tres candidatos del PSOE. El resto de partidos se deberán conformar con participar en la campaña, pero sin sacar fruto de ella. En el Senado el bipartidismo goza de buena salud, salvo en las circunscripciones electorales donde los partidos nacionalistas son mayoritarios. Se hablaba de que ‘Cherines’ podía ir en la lista de la Cámara Baja, pero esa alternativa jamás estuvo sobre la mesa. No goza de la plena confianza de Casado y, además, sería una forma de mantener vivo el pulso entre las lideresas. Ya tuvo ocasión de encabezar la candidatura al Congreso en 2012, cuando De Cospedal creía que iba a ser un revulsivo para el partido tras los mandatos de Ovidio Sánchez. Qué mal informada estuvo siempre la cúpula nacional del partido sobre Asturias. Cada vez que sacan un conejo de la chistera empeora la situación.

Sorpresa en Vox al elegir a Ana Rebeca Díaz para el Senado. La nueva aspirante tiene como principal mérito haber militado en el PP hasta hace unos meses. En su breve tiempo de afiliada en Vox tuvo la rara habilidad de predisponer a un sector amplio del partido en su contra. El aparato (Rodolfo Espina) apuesta por ella. Sabedores de que no se juegan nada en el Senado, eligen a la exmilitante del PP como gesto de autoridad frente a las bases. Primero incordian al grupo parlamentario en la Junta General del Principado y ahora provocan a las bases. Los aparatos se dedican a promocionar a los peores para que nadie les haga sombra. Las expectativas electorales de Vox en Asturias están a la baja. Han elegido perder. Santiago Abascal no se entera, porque entre Oviedo y el jefe hay una casta de burócratas especializados en sesgar la información.