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Juan Neira

LARGO DE CAFE

FRANCO Y EL ‘CHAPO’ GUZMÁN

Se realizó ayer un ensayo general sobre el traslado de los restos de Franco de Cuelgamuros a Mingorrubio. Un ensayo minucioso, comprobando el tiempo que se emplea desde la tumba de la basílica hasta el acomodo del féretro en el helicóptero, con las escoltas realizando una labor sincronizada, y con un especial interés en controlar que no haya ninguna interferencia en la operación. Se quiere evitar que haya algún testigo incómodo; las poquísimas personas que estarán presentes al ubicar los restos en el nuevo nicho no podrán portar teléfonos móviles.

Vi por televisión algunas imágenes del ensayo y para que toda la operación estuviera presidida por la lógica, cerré los ojos, en mi mente eliminé a Franco y al féretro, e imaginé que en realidad se trataba de un traslado de cárcel del ‘Chapo’ Guzmán. Un criminal tan peligroso que cuenta con una banda de gente armada, experta en matar, y un amplio grupo social que es cómplice de sus fechorías -como pasa con todos los capos mafiosos- merece todo tipo de medidas de seguridad. Es buena idea recurrir a un helicóptero, pero también hay que tener un ‘plan b’ –como lo denominaban en la televisión– por si la niebla obliga a hacer el traslado por carretera. Aunque en la televisión no daban tantos detalles, imagino que apostados en distintos lugares también habrá agentes haciendo labores de contravigilancia. No sería la primera vez que el ‘Chapo’ Guzmán aprovecha las circunstancias de un traslado para fugarse.

Como todos los líderes políticos, Pedro Sánchez está estos días de precampaña electoral hablando ante diversos auditorios. En el informativo, tras las imágenes del ensayo general, pusieron un vídeo sobre el mitin de Sánchez en el preciso momento en que se refería a la expulsión de los restos del dictador de Cuelgamuros. El presidente en funciones decía, enfáticamente, que era «una victoria de la democracia». Quedé patidifuso. Victoria de las fuerzas democráticas hubiera sido derrocar a Franco cuando ejercía como jefe del Estado desde el palacio del Pardo, y proclamar un sistema de libertades. Esa fue la ilusión de millones de españoles durante décadas. A ese objetivo dedicó el Partido Comunista lo mejor de sus energías, sin lograrlo. Otros, más pragmáticos, confiaron en que el declive biológico les ahorrara riesgos. La historia es bien conocida. No entiendo esta liturgia tan extravagante. No caben victorias sobre despojos y el Valle de los Caídos seguirá siendo la ‘pirámide’ del franquismo.

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por JUAN NEIRA

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