El tiro le ha salido por la culata a Pedro Sánchez al provocar unas elecciones anticipadas que nadie quería y salir de las urnas con tres diputados menos de los que tenía. La estrategia del presidente en funciones consistía en presentarse como el único líder capaz de terminar con el bloqueo institucional y para ello pedía el voto. Empleó todas sus energías en culpabilizar de la paralización a Unidas Podemos y, al final, los podemitas perdieron siete escaños, pero no se derrumbaron. Más País se hizo un hueco en la guerra de las izquierdas para lograr tres diputados. En conjunto, la izquierda española pierde siete diputados con respecto al pasado 28 de abril ¿Para esto se convocaron elecciones?
La noche electoral ha mostrado el seísmo en la derecha con el salto de gigante de Vox y el aún más espectacular hundimiento de Ciudadanos. El partido de Abascal duplicó de largo sus escaños, mientras que el partido naranja perdió el 83% de sus diputados. Definitivamente, el centro, como espacio político, ha desaparecido en España. Se acabaron los matices, todo será blanco o negro. El miedo a la extrema derecha, principal argumento de la anterior campaña electoral, en esta ocasión no ha dado resultado porque a la gente le escandalizan más las barbaridades de los Comités de Defensa de la República –y sobre todo su impunidad– que las soflamas de Abascal. Vox ha venido para quedarse, quizás Rivera tenga que irse. El PP ha mejorado sustancialmente su marca, al aumentar en un 33% el número de escaños. En lenguaje escolar, hay que darle un notable alto, pero no llega al sobresaliente que le anticipaban las encuestas. Todo lo que sea quedar por debajo de los cien diputados no es satisfactorio para el PP.
Vamos con los bloques. Si tenemos en cuenta los escaños de los cinco partidos nacionales (PSOE, Unidas Podemos, PP, Vox y Ciudadanos) y les agregamos Más País y Navarra Suma –esta última fuerza es la suma de PP y Ciudadanos–, nos encontramos con que el 28 de abril, la izquierda aventajaba en 16 escaños a la derecha, mientras que ahora la distancia se ha reducido a 7 diputados. Si añadimos la expansión de nacionalistas y regionalistas –ya suman 40 diputados con tres grupos más– la investidura estaba más fácil antes que ahora. En Asturias no hubo sorpresas: el PSOE repite victoria con tres escaños, el PP logra el segundo y Unidas Podemos y Vox vuelven a sacar uno cada uno. La ganancia del PP fue a costa de dejar a Ciudadanos sin representación. Asturias se apunta al continuismo.