Cambio espectacular ante el debate de los presupuestos que finaliza hoy con la discusión de más de doscientas enmiendas parciales. Cuando todo hacía indicar que el proyecto de presupuestos sería aprobado por la holgada mayoría absoluta, resulta que todo ha quedado en el aire con la intromisión de la dirección nacional de Ciudadanos que ha dado la orden a los diputados asturianos de votar en contra de los presupuestos socialistas. Si el diputado de Foro, Adrián Pumares, se abstiene, se registraría un empate a 22 entre los síes (PSOE, IU) y los noes (PP, Ciudadanos, Podemos, Vox y el diputado díscolo de Foro) que impediría la aprobación de las cuentas, con lo que el proyecto de presupuestos quedaría rechazado.
Causa sonrojo comprobar los métodos tan antidemocráticos que se utilizan en el partido naranja, permitiéndose unos señores en Madrid, con total desconocimiento del presupuesto de Asturias, forzar una votación en el sentido contrario de lo que habían decidido los representantes de los asturianos. Es una prueba de centralismo tan superlativa que va en contra del espíritu de nuestro ordenamiento jurídico. Tanto llenarse la boca con la defensa de la Constitución y su actuación choca frontalmente con los conceptos de autonomía territorial y descentralización del poder que están presentes en el bloque de constitucionalidad que controla las leyes. Una cacicada como no se había visto en mucho tiempo que deja los diputados asturianos a los pies de los caballos. Si aceptan la orden todo el mundo entenderá que son ‘unos mandados’ con nula libertad de actuación. Si chocan con los burócratas de Madrid, probablemente les expulsen del partido y tengan que inaugurar un nuevo grupo parlamentario bajo otra bandera e ideario. Entre una y otra postura siempre caben los incidentes puntuales que cambian la historia: súbita enfermedad de un diputado, la avería del coche en que se desplazaba, etcétera. También es posible que el diputado disciplinado de Foro entienda que el comportamiento excéntrico de su compañero va a torcer el objetivo del partido (que haya presupuesto) y cambie la abstención por el voto favorable. O que cualquier diputado que iba a votar no se abstenga para impedir que unos tipos con cara de cemento, desde Madrid, se atrevan a decir lo que conviene a todos los asturianos.
Entre las muchas cosas que pasaron en la Cámara asturiana, el ‘affaire’ de Ciudadanos logra pódium.