Mientras el PSOE y Podemos llegaban a un pacto de gobierno para España, las dos mismas fuerzas no lograban alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto del Principado. La alianza firmada por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias contiene el programa más de izquierdas de todos los presentados por un equipo de gobierno a lo largo de la democracia. Lo califico de «más de izquierdas» ateniéndome a propuestas fiscales o laborales, sin hacer una valoración crítica sobre las posibilidades que tienen de llevarlo a cabo y las consecuencias reales que originaría su aplicación. Quiero decir que a efectos nominales (para poder etiquetar), el populismo con ribetes demagógicos lo situó «a la izquierda» de los programas con que se presentaron a sus respectivas investiduras, presidentes como Felipe González o Zapatero.
La diferencia entre el diálogo de las dos principales formaciones de izquierdas en Madrid y en Asturias consiste en que en la capital se comprometieron públicamente a formar un gobierno antes de negociarlo, mientras que en nuestro Principado no hubo ningún compromiso previo entre los dos partidos. En Madrid, sabían que para poder gobernar estaban obligados a formar un gobierno de coalición. Pablo Iglesias mantuvo esa tesis desde mucho antes de celebrarse las elecciones generales del 28 de abril, mientras que Pedro Sánchez terminó por aceptarla tras conocer el resultado de los comicios del 10 de noviembre, tras haber retrocedido el PSOE en número de diputados. Se perdieron más de siete meses.
En el Principado, Adrián Barbón fue investido presidente y, luego, logró la aprobación del presupuesto de 2020 sin pactar con Podemos. Las relaciones entre los dos grupos siguen siendo tan tensas como en el anterior mandato. La cuestión está en saber si la dinámica abierta por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acabará afectando al juego de fuerzas en la Junta General del Principado, emergiendo la mayoría absoluta de la izquierda que entre los tres partidos (PSOE, Podemos, IU) suma veintiséis escaños. Es difícil hacer un juicio categórico, aunque lo más probable es que así suceda. El enroque de Ciudadanos, reafirmándose en la estrategia del frente de derechas, tal como se ha visualizado en el debate de presupuestos, empuja a un movimiento semejante en la izquierda. No creo que esa sea la política más beneficiosa para España y Asturias, pero está visto que todas las fuerzas, por distintas razones, están interesadas en que incurramos en ese error.