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Juan Neira

LARGO DE CAFE

CURA DE REALISMO

La consejera de Hacienda afirmó en el Parlamento que el esfuerzo extraordinario en Sanidad derivado de la pandemia condicionará los presupuestos asturianos de los dos próximos años. Ana Cárcaba tiene datos y sobre ellos realiza previsiones, pero creo que plantea el escenario más benévolo. La lucha contra el virus nos acompañará durante bastantes meses y hay una parte del gasto extraordinario que se transformará en ordinario, porque todas las comunidades autónomas tendrán que reforzar las dotaciones hospitalarias y los centros de Primaria. Con buen juicio, el Principado piensa dar continuidad a los incrementos de plantilla, realizados en marzo y abril, para proteger mejor a la población. En esta coyuntura no se puede escatimar en gasto sanitario.

El fondo de 16.000 millones de euros que ofrece el Gobierno a las comunidades autónomas no va a solucionar los problemas financieros del Principado, según la consejera de Hacienda. La crisis sobrevenida ha expandido el gasto y encogido los ingresos. Ana Cárcaba lo dijo con cifras: el gasto creció en 103 millones y los ingresos se redujeron en 150 millones. Su planteamiento provoca solidaridad humana, pero en la política no cotizan esas emociones. La caída de recursos es una problemática común a todos los gobiernos autonómicos, así como el aumento de los pagos. Si hacemos un reparto por población, del fondo anunciado por Pedro Sánchez nos tocan 340 millones. No es poca cosa. Si a eso añadimos lo que pueda arrancar Adrián Barbón en la negociación del fondo, introduciendo los ratios de gasto sanitario, envejecimiento de la población, orografía, etc., la cantidad será mayor. Del modelo de financiación autonómica también recibiremos más dinero. A partir de ahí, le toca al Principado hacer un ajuste interno, traspasando recursos de unos fines a otros y reduciendo gasto corriente.

El Gobierno central también sufre caída de ingresos e inflación de gasto. Además, están las facturas de su socio de Gobierno (Podemos), autor intelectual del ingreso mínimo vital: 1.015 euros al mes a todo mayor de 23 años que no tenga trabajo ni vivienda en propiedad. Por no hacer nada se percibirá una renta superior al salario mínimo interprofesional. ¿Cuántos jóvenes van a querer trabajar si ganan más en paro? De locos. Otros mil millones de euros más al mes a cargo del Estado ¿De verdad piensa Ana Cárcaba que el Ministerio de Hacienda nos va a transferir más recursos? Una cura de realismo vendría bien para empezar.

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por JUAN NEIRA

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