La comisión directiva de Foro acudirá a la vía jurisdiccional para depurar las presuntas ilegalidades cometidas por los dirigentes que estaban al frente del partido en la primera etapa, conducida por Álvarez-Cascos. La comisión directiva encargó a la firma Vaciero realizar una auditoría sobre las cuentas del partido desde el día en que se constituyó. El trabajo de auditoría sobre el primer periodo, 2011-2014, ya finalizó y la comisión directiva considera que hay indicios suficientes de una utilización irregular del dinero como para ir a los tribunales con la pretensión de «desvincular al partido de cualquier sospecha de utilización indebida de fondos». La dirección dirigió la mirada a su fundador, Francisco Álvarez-Cascos, y deja ahora en manos de los asesores legales la formulación de la denuncia. Si la actual dirección considera que se cometieron ilegalidades en la administración de los recursos internos está obligada a hacerlo saber a la justicia. No es una opción, es una obligación. Sobre este asunto se siguió un curso errático, con un vocal del partido dando a conocer detalles concretos de gastos que supuestamente habría realizado Cascos, y recomendándole que pidiera perdón a a toda la organización y devolviera el dinero. Follón, cruce de acusaciones y el fuego se apagó. Posteriormente, encargaron la auditoría que ahora da paso al anuncio de ir al juez. Por aquí deberían haber empezado.
El enfrentamiento entre la actual dirección, presidida por Carmen Moriyón, y Francisco Álvarez-Cascos y sus seguidores, tiene una dimensión política y otra legal. Hay una discrepancia sobre la línea política y otra sobre el uso del dinero. Si en la gestión de los recursos se cometieron delitos, las diferencias políticas pierden importancia porque cualquier actuación dolosa produce el efecto de dejar fuera de la vida pública al sujeto que realizó la acción. Ahora bien, cualquier indicio o prueba tiene que ser necesariamente validado por el juez bajo la forma de sentencia.
Foro está en decadencia desde 2012 y en crisis desde 2015, cuando Cascos renunció a encabezar la candidatura autonómica. Le va a ser muy difícil remontar, pero será imposible hacerlo si antes no acaba con el conflicto interno. La actual dirección cometió errores de bulto, por eso hay dos diputados autonómicos, cada uno de una tendencia, y al expulsar al desleal, lo único que logran es que los dos se reencuentren en el grupo mixto. Todo seguirá igual, pero sin grupo parlamentario propio. Es decir, sin recursos.