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Juan Neira

LARGO DE CAFE

DOS BANDOS EN LIZA

Como era de esperar, Álvarez-Cascos no se ha quedado callado ante la denuncia de la Comisión Directiva de Foro. El expresidente, exsecretario general y exvicepresidente del partido ha afirmado que hay cinco demandas en los juzgados de Oviedo contra el proceder de miembros de la actual directiva. El tráfico hacia los tribunales es tan intenso que habrá que construir una autovía. Sobre el uso irregular de los dineros públicos, recuerda que los presupuestos y cuentas de Foro están en la página web del partido a la vista de todo el mundo, desde el año 2011; apunta como excepción las cuentas de 2019 que no están colgadas en la web.

En la rueda de prensa de los principales responsables del partido, convocada el pasado jueves, al hablar de las irregularidades detectadas en la gestión solo pusieron como ejemplo el alquiler de una sede en Madrid que todos desconocían. Cascos aclaró que no solo hubo una sede, sino dos, y que tanto Isidro Martínez Oblanca, como él, las utilizaron, habiendo mediado un contrato de arrendamiento conocido por la Comisión Directiva de entonces. Según el fundador, el conflicto en el seno de la organización se debe a un intento de apropiación (de la actual mayoría) del proyecto de Foro para convertirlo en muleta del PSOE proclive a la oficialidad del asturiano.

Cada bando en liza expone sus argumentos. La Comisión Directiva blande la auditoría realizada a las cuentas del partido y pasa la responsabilidad a los asesores legales para que decidan cómo proceder. Cascos insiste en el carácter transparente de la gestión económica y critica el cambio de línea política. La auditoría señala ingresos y gastos concretos que le dan pie a la dirección del partido a pensar que hay un maridaje entre la contabilidad de Foro y la economía de Cascos. Esta interpretación dicha en público por un vocal de la dirección, hace mucho tiempo, no fueron capaces de confirmarla en la rueda de prensa los máximos dirigentes de la formación. El asunto concreto que sacaron a relucir –el alquiler de la desconocida sede en Madrid–, tendría como aspecto problemático que la titularidad del inmueble correspondía a una sociedad cuyos administradores únicos habían sido Cascos y María Porto. En la política asturiana ya hemos visto cómo un partido de gobierno establecía su principal sede regional en un inmueble ovetense alquilado a su principal dirigente. Cascos no ha hablado de zapatos, hoteles, gasolina, etcétera. Tampoco le han pedido explicaciones por ello.

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por JUAN NEIRA

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