El presidente de la Xunta de Galicia y principal candidato a ganar las elecciones del domingo en su comunidad autónoma está insatisfecho con los criterios seguidos para repartir el fondo de 16.000 millones de euros, habilitado por el Ministerio de Hacienda para compensar el gasto sanitario autonómico derivado de la Covid-19. Alberto Núñez Feijóo deplora que el peso de la población protegida (tercera edad) haya pasado de representar un 80% en el baremo al 40%. Tampoco entiende que se haya equiparado gasto sanitario con gasto hospitalario, sin contabilizar los recursos utilizados en la atención primaria o domiciliaria. Es importante aclarar que el fondo de 16.000 millones no responde a una deuda del Gobierno central con las autonomías, sino que es producto de una decisión libérrima del Gobierno para ayudar a todas las regiones. Los factores a tener en cuenta son discutibles, como en cualquier otra distribución que se hubiera adoptado. El Gobierno optó por tomar como referencia la población protegida, el número de test (PCR) realizados, así como el número de hospitalizaciones e ingresos en UCI. Puso el foco sobre los parámetros sanitarios más significativos en la lucha contra la pandemia. No cabe duda de que las regiones que hicieron pocos PCR durante el confinamiento saldrían ganando con otros criterios, pero no se puede hacer un reparto en clave subjetiva.
Sobre el sistema de financiación autonómica, Núñez Feijóo lamenta que la reforma del modelo haya quedado detenida con la llegada de Sánchez al poder. El presidente gallego asegura que Rajoy había hecho un trabajo muy intenso de la mano de las comunidades. Es cierto que el actual Gobierno no ha dado un paso en esa dirección, pero Rajoy no pasó de pedir un dictamen a una comisión formada por expertos de las comunidades autónomas. De forma paralela, Rajoy creó un sistema alternativo de financiación, con el Fondo de Liquidez Autonómica, el Fondo de Facilidad Financiera, etcétera, y Sánchez le ha empezado a imitar por esa vía con repartos puntuales de dinero en función de las demandas territoriales. Para aprobar un nuevo modelo de financiación se precisan dos condiciones: un Gobierno sólido y abundante dinero en caja. No es el caso.
Feijóo defiende la industria con los mismos argumentos que empleamos los asturianos. Es saludable que al otro lado del Eo haya un presidente comprometido con la problemática de la industria electrointensiva. Ahora queda lo más difícil: que se enteren en Madrid.