A falta de producirse las votaciones, el pleno extraordinario del Congreso de los Diputados para debatir las conclusiones de la Comisión para la Reconstrucción ha abierto la puerta a la esperanza para que la legislatura enderece su rumbo, con la lucha contra la pandemia y sus repercusiones económicas y sociales como eje de la actuación política. El cambio de aliados producido en las últimas prórrogas del estado de alarma está a punto de ratificarse en torno a los cuatro grandes capítulos (sanidad, política social, reactivación económica y política europea) en que se estructuran los trabajos de la Comisión para la Reconstrucción.
El Gobierno ha apurado la negociación con el PP y Ciudadanos, mientras grupos nacionalistas y radicales se excluían del pacto porque no aceptan que el Ejecutivo llegue a ningún tipo de entente con los partidos constitucionalistas del centro-derecha. En la penúltima prórroga del estado de alarma, el Gobierno prefirió acordar con Ciudadanos, en vez de hacerlo con Esquerra Republicana de Cataluña, y a partir de ese momento todas las piezas del tablero parlamentario empezaron a recolocarse. La mayoría Frankenstein (Rubalcaba dixit) de la investidura empezó a ser relevada por un bloque de fuerzas menos estridente, donde los grupos abiertamente independentistas quedaron excluidos. En el debate del pleno se pudieron apreciar los esfuerzos del PP por formar parte de los grupos que aportan propuestas valiosas al texto de la reconstrucción. Es importante que el PP, con todas las reservas que pueda mantener, se sume a la dinámica de acuerdos abierta por el Gobierno y Ciudadanos.
La idea de crear una Agencia Estatal de Sanidad, en la que confluyen los tres partidos constitucionalistas, ha sido recibida con hostilidad por los nacionalistas, al entender que detrás de ella se oculta un intento de recentralización. No sería mala idea retirar las competencias sanitarias en el algún territorio gobernado por los nacionalistas, porque allí donde gestionan crecen los brotes. En Asturias saldríamos ganando ya que la mitad de los nuevos positivos provienen de visitas a territorio comanche.
El cambio de alianzas es posible por la extrema debilidad de Unidas Podemos. Echenique, con su preclara visión política, lo explicitó: si ellos hubiesen redactado el texto, recogería «la derogación de la reforma laboral, el impuesto a la riqueza o la regularización de inmigrantes». Le faltó añadir: somos un cero a la izquierda.