>

Blogs

Juan Neira

LARGO DE CAFE

CASADO CRUZÓ EL RUBICÓN

El protagonismo de la segunda jornada del debate sobre la moción de censura, presentada por Vox, recayó en Pablo Casado. Sabía que la iniciativa de Abascal le ponía en un brete. Votar sí a la moción suponía ceder el liderazgo de la derecha a Abascal, dando por bueno que pretendiera convertirse en presidente del Gobierno. La abstención prolongaba la indefinición sobre la estrategia del PP en la oposición, y sería muy propia de políticos como Rajoy optando por un voto descomprometido para dejar que la izquierda hiciera el trabajo sucio de laminar a Vox. Casado cogió el toro por los cuernos y definió la posición del PP para todo el mandato, como partido de centro, equidistante entre la izquierda y Vox. Su primera intervención, leída, fue mejor que todas las del día anterior, pero en el segundo turno, replicando a Abascal, demostró, sin papeles, que es el mejor parlamentario de la Cámara. Su discurso se basó en dos argumentos. Vox es un grupo imprescindible para que Sánchez pueda gobernar, al dividir el voto de la derecha, y el programa de Vox, con su rechazo de la UE, lo deja fuera de toda opción razonable de gobierno. Abascal quedó perplejo, dolido, lamentando por encima de cualquier otra consideración el desencuentro personal.

Tuvo la fortuna Casado de que Iglesias decidiera en ese punto intervenir. Como en los debates electorales, el vicepresidente volvió a demostrar que es mejor orador que el presidente. Hizo un discurso sofisticado para concluir que la derecha, lastrada por la ultraderecha, no volverá a gobernar en España sin ilegalizar a Podemos y a los independentistas. El sueño de la razón produce monstruos. Más allá de su original tesis, lo más significativo de Iglesias es que ni siquiera mencionó a Abascal, que pasó de ser centro de la sesión a observador del espectáculo. Casado pidió un turno extra para intervenir y en cinco minutos pulverizó la tesis de Iglesias, que ensayó una breve réplica sin salir del burladero. Pablo Casado fue el triunfador del debate de investidura, cuando era, a priori, el que tenía más papeletas para salir trasquilado.

Como la vida sigue, digamos que la opción tomada por el líder del PP tiene riesgos manifiestos. El más evidente de todos es el coste que va a pagar por cortar relaciones con Vox. En Andalucía, los diputados de Vox rompieron la negociación de los presupuestos con el PP, tras el discurso de Casado. Humillar a Abascal (dispara «contra el partido que le ha dado trabajo quince años») no le va a salir gratis.

Temas

por JUAN NEIRA

Sobre el autor