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Juan Neira

LARGO DE CAFE

RECUPERAR EL PARAISO

El debate sobre el estado de la región llega en unos momentos muy especiales, cuando están todas las energías del Principado y las preocupaciones de la sociedad volcadas en la emergencia sanitaria. Estamos para esto y no para otra cosa. La pandemia lo ha cambiado todo, como de una forma descarnada reconoció Adrián Barbón al empezar su discurso: «Estamos ante una legislatura rota, quebrada por un virus».

Se suponía que el debate sobre el estado de la región serviría para analizar el trecho recorrido desde la sesión de investidura, pero si se quiere ser sincero reconozcamos que solo hubo siete meses para desarrollar el programa, porque el resto consistió en luchar contra el virus en las trincheras, con el balance trágico de más de 400 bajas, cuando aún falta la campaña de invierno que decidió tantas guerras.

Si hace años se frivolizaba en la política asturiana con el término «cerco» para resumir la carencia de inversiones del Estado en un Ayuntamiento, ahora toca rescatar, con sentido dramático, el susodicho término, porque podemos decir sin incurrir en exageración que toda Asturias está cercada por el virus.

Hubo que introducir cambios profundos en los presupuestos, concentrando recursos en sanidad y paralizando otros gastos. Si algún portavoz tiene la tentación de sacar a relucir que tal partida no se ejecutó, que medite antes si el coste de oportunidad de esa decisión no se mide, aquí y ahora, en salud.

Dado que siempre se critica el distanciamiento entre instituciones y sociedad, convengamos que cuando la gente dejó de hablar de la variante de Pajares o de la FP, es lógico que estas cuestiones también pasen a un segundo lugar en las instituciones.

Soy consciente de que no son esos los usos políticos, pero cada portavoz decidirá en el debate qué grado de impostura está dispuesto a asumir. La actualidad regional está reducida a salud, mantenimiento de actividad económica y empleo y ayudas sociales. El resto es importantísimo, pero no es tan urgente.

Adrián Barbón señaló que su primera prioridad es salvar vidas. Establecida la jerarquía de valores, recordó los cinco ejes de su sesión de investidura: empleo de calidad, industria competitiva, reforzamiento servicios públicos, igualdad y reto demográfico. Era el mes de julio de 2019. Desde entonces hasta hoy ha transcurrido el año y pico más largo que alcanza la memoria.

Servicios públicos

Una vez que la pandemia llegó a nuestra región, entre los cinco ejes destaca el reforzamiento de los servicios públicos, al que dedicó el Principado recursos para contratar más personal sanitario, que se acerca a los 20.000 empleos, levantar hospitales de campaña, reducir la lista de dependencia en un 37% –algo completamente necesario ante el desvalimiento provocado en la tercera edad por el forzado confinamiento–, o los 40 millones destinados a contratar a profesores, una cantidad que supera en un 25% el dinero recibido del Estado para educación.

En el periodo de paz, los siete meses que van de la investidura a la pandemia, la principal actuación del Principado fue la aprobación de los presupuestos que mantienen el nivel del gasto social, el 67% de las cuentas, introduce bonificaciones fiscales contra la despoblación, amplía la red de escuelas infantiles y aborda la mejora de las carreteras.

Pueden parecer objetivos discretos, pero el actual Gobierno recibió una herencia muy pesada, acordada por todos los partidos de la pasada legislatura: recortar la jornada laboral de los funcionarios, elevando la factura del personal del Principado en 105 millones de euros. A lo largo del mandato, Adrián Barbón tendrá que destinar 420 millones de euros, un 10% del presupuesto, al objetivo humanitario de evitar que los empleados públicos trabajen más de 35 horas a la semana.

Medidas

El presidente del Principado realizó un extenso recorrido por las medidas tomadas durante la pandemia, entre las que destacan los 400 euros para 100.000 trabajadores autónomos, el logro de impedir que la industria pesada asturiana fuera hibernada, como las de otras regiones, o el desarrollo de 60 proyectos que recibirán 93 millones de euros del Fondo de la Transición Justa, cuyos convenios se firmarán antes de acabar el año.

Aunque solo fuera por el tiempo que llevó alcanzarlo, tiene un lugar principal dentro de la actividad empresarial el contrato de los 345 blindados 8×8, que darán trabajo estable a 375 trabajadores en Trubia, la villa cañonera. Empleo de calidad en un sector donde la innovación es la única garantía de supervivencia.

Desde mayo hasta aquí sobresale por encima de cualquier otra consideración el hecho de mantener a raya la pandemia hasta principios de septiembre. Un logro colectivo. Fue la mejor campaña de imagen para nuestra tierra desde el inicio de la etapa autonómica. Recuperar, entre todos, la etiqueta de Paraíso libre de virus nos traería múltiples beneficios. En este verano ya hemos tenido una muestra con el liderazgo en el sector turístico, algo impensable en otras circunstancias.

Una sutileza para el final. La diferencia entre el discurso de investidura y el de ayer estriba en que Adrián Barbón ya conoce la sordera de Madrid: «el Gobierno de España debe tener claro que defenderemos nuestra industria con todos los recursos jurídicos y políticos que tengamos a mano»

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por JUAN NEIRA

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