Primera reunión entre socialistas y populares sobre los presupuestos del Principado para 2021. El PP adelantó que su prioridad son los sectores económicos más dañados por la pandemia. Coincide con lo expuesto por otros grupos que ya se reunieron con el Gobierno. Es bueno que haya sintonía entre todos los partidos sobre este asunto, porque está en juego el mantenimiento de sectores intensivos en empleo, que tienen una participación relevante en el PIB. El comercio y la hostelería, también el mundo de la cultura o el ocio, están con el agua al cuello por culpa de los cierres dictados por el Gobierno central (primavera) y la Administración autonómica (otoño) para evitar que se extienda el virus. No discuto la pertinencia de las medidas, pero el Principado tiene una obligación moral ineludible. Es distinto que una empresa entre en concurso por la gestión realizada por sus directivos, a que lo haga porque el gobierno de turno le impide trabajar. Repito que el confinamiento puede ser obligado, pero la compensación económica es insoslayable. Si hay 105 millones de euros para que los funcionarios trabajen solo treinta y cinco horas, también debe haber una partida económica compensatoria que guarde relación con el lucro cesante de cada negocio.

El PP se refirió a la necesidad de que los presupuestos no estén marcados por la ideología, que no supongan un pago de favores a los grupos de izquierda, y que no sean fruto de la improvisación. Estos últimos comentarios dan idea de que se trataba de un contacto preliminar, algo así como el prólogo de la verdadera negociación, ya que en caso contrario carecería de sentido referirse al pago de favores, a la improvisación, etcétera. En una reunión formal esos asuntos no entran en el orden del día.