El Principado negocia los presupuestos del próximo año con cuatro partidos a la vez, dos de izquierdas y dos de derechas. La pimienta ideológica que dictaba el tira y afloja sobre las cuentas regionales ha desaparecido este año. La disculpa es la pandemia que fomenta el espíritu unitario, pero yo creo que la clave está en la atomización de la oposición, un colectivo disperso que no tiene objetivos marcados para este mandato y sufre crisis internas. Hasta el otro día el PP no solucionó el vacío de poder que arrastraba desde la dimisión de Mercedes Fernández. En el resto de grupos, dos cambiaron de portavoz –Ciudadanos y Podemos–, y uno se partió por la mitad –Foro–. IU y Vox tuvieron hasta la fecha una trayectoria relativamente tranquila, aunque el primero siguió todo el tiempo sometido a tensiones por culpa del sectarismo de la dirección nacional o federal y en Vox tuvo que emplearse a fondo Ignacio Blanco para ganar la disputa interna y acabar con las zancadillas que le ponían desde la sede del partido.
Faltan veinticuatro horas para registrar el proyecto de presupuestos y es muy probable que lo haga el Gobierno de Adrián Barbón sin haber cerrado el acuerdo con ningún grupo parlamentario de la oposición. El más cercano al Ejecutivo es IU, al que los socialistas sondean con medidas sociales. Desde hace no menos de quince años IU se ha convertido en un grupo centrado en la atención social. En las dos primeras décadas de la etapa autonómica, el eje de su discurso –primero el PCE y, luego, IU– eran las medidas laborales y la defensa del sector industrial. Mantenían la dialéctica de la lucha de clases, de una forma más o menos explícita. Mirado con perspectiva es más rentable políticamente hablar de bienestar social que de problemática industrial, porque el voto potencial es mayor. El PSOE sabe que les tiene que conceder algo.
Ciudadanos negocia medidas para Oviedo (¿medio millón para el Prerrománico?). Los apoyos de Cs nunca son caros, pero hay que ganárselos. Foro negocia una operación de retener talento. Recuerdo un programa de retorno de talento en la época de Javier Fernández que terminó como empezó. A ver si retener es más fácil que retornar. Y queda Podemos demandando mejoras para la Sanidad. No cabe duda de que la Sanidad y el fondo de rescate para los colectivos más damnificados por la pandemia son los dos grandes asuntos. A ver si pactan pronto, porque luego no se podrán sentar más de seis a la mesa para negociar. ¿O es que todos son convivientes?