Ciudadanos y Podemos siguen negociando los presupuestos con el Principado y la Federación Socialista Asturiana (FSA). No hay mucho margen para cambiar las cifras, porque el proyecto ya incorpora propuestas planteadas por los distintos grupos de la oposición. Aceptar una enmienda suponer quitar el dinero de una partida para darlo a otra; se remedia un problema a costa de crear otro nuevo. El fondo de rescate, convertido en objeto del deseo de la izquierda y la derecha, no va a sufrir variaciones. Tendrá una cuantía de 100 millones de euros. La competición por ver qué grupo pedía una cifra más abultada para dotar al susodicho fondo ha finalizado sin añadir un céntimo a la cifra proyectada por el Gobierno regional. Ciudadanos y Podemos, los dos grupos que siguen conversando con el Ejecutivo asturiano, asumen ya que la partida destinada al fondo es inamovible. Para justificar que debería tener una mayor dotación, la oposición sacó a relucir el llamado «modelo alemán».
Los primeros que hicieron mención al «modelo alemán» fueron los hosteleros de Castilla y León; la oposición en la Junta General del Principado se limitó a importar la idea. La propuesta es muy endeble porque las ayudas a las empresas que sufren pérdidas por cierres no pueden ser iguales en Asturias que en Baviera. Como tampoco se pueden pagar los mismos sueldos en Oviedo que en Múnich. Ni las mismas pensiones. Entiendo que trabajadores y empresarios de la hostelería recurran a esos paralelismos al estar en una situación desesperada, pero los diputados deben tener un mínimo de ecuanimidad y no hacer ejercicios gratuitos de demagogia con el único fin de convertirse en abanderados de causas que no defenderían ni un minuto si tuvieran que gobernar.
Ciudadanos y Podemos se debaten entre apoyar los presupuestos o abstenerse. El PP se mueve entre la enmienda a la totalidad o conformarse con presentar enmiendas parciales que difícilmente prosperarán. En un caso se acerca a Vox, en el otro al PSOE. Si se va a optar por la enmienda la totalidad, lo mejor hubiera sido marcar distancias desde el principio. Si pretenden ser parte del acuerdo, no tiene sentido elevar artificialmente el listón de las reivindicaciones. Se hace política para los ciudadanos, no para militantes y allegados. Un enunciado muy simple que desconoce más de un partido con escaños en la Cámara asturiana. La imagen debe ser muy nítida. Como decía Rubalcaba, en política lo que parece es. Y las apariencias no son amables para algunos.