Se constituye la Alianza por la Industria, una mesa en la que están representados el Principado, los partidos, la patronal, las dos principales sindicatos, las tres Cámaras de Comercio, la Federación Asturiana de Concejos (Facc) y la Universidad de Oviedo. Hace un mes se constituyó un comité para analizar los proyectos que se van a proponer al Gobierno central para ser financiados con los fondos europeos, y los miembros eran los mismos que forman la Alianza por la Industria, con la excepción de los partidos parlamentarios. Soy muy escéptico sobre las ventajas que aporta crear estos tinglados con múltiples interlocutores para resolver problemas urgentes. Por dos razones. Estos entes, por su composición, se constituyen como espacios de deliberación, y lo que hace falta en la mayoría de los casos es capacidad de decisión y ejecución. Como son entes heterogéneos y no tiene sentido votar, se tiende a buscar consensos que es la forma de evitar entrar en el fondo de los problemas y dar por buena cualquier propuesta que tenga la virtud de no incomodar a los casi veinte participantes en la mesa.
Los partidos políticos tienen distintas visiones sobre la Alianza por la Industria. El mayor contraste se da entre lo que opinan IU y el PP. IU es partidaria de crear múltiples mesas o foros, de carácter político y social, para resolver los principales problemas de la región. Así lo expuso en la Junta General del Principado. Aunque no lo hayan dicho explícitamente, subyace la idea de que los problemas debatidos en el Parlamento no permiten llegar a compromisos y soluciones concretas, mientras que es posible hacerlo con mesas constituidas para cada problema. La visión del PP es exactamente la contraria, cree que los acuerdos alcanzados fuera de las instituciones no se ejecutan, y que solo sirven para atar a la oposición. La propia Mallada dice estar harta de reuniones y comités. En el caso concreto de la industria, considera que Barbón «está abducido por la Moncloa». En toda la etapa autonómica no hubo un dirigente asturiano del PSOE o del PP que se enfrentase a un presidente del Gobierno de su partido. Conocimos el reverso de la moneda: gobiernos nacionales atacando a presidentes del Principado de su mismo partido.
El estatuto para la industria electrointensiva es una bofetada para Asturias. Nos jugamos la supervivencia de la gran industria, que es tanto como decir de la economía de la región. Hay que dar una respuesta colectiva, liderada por los máximos representantes.